Coches nuevos y usados. Máquinas expendedoras olvidadas. Comida que jamás será tocada. Dinero en el suelo. Tiendas y escuelas vacías. Tecnología abandonada. La zona de exclusión de Fukushima tiene un radio de 20 kilómetros en donde todo básicamente sigue allí… tal y como lo dejaron sus habitantes. La fotógrafa polaca Natalia Sobańska viajó a Japón para capturar imágenes de ese lugar, pero está claro que obtuvo más de lo que esperaba…
La semana pasada compartimos con nuestros lectores algunas imágenes del Sarcófago encargado de contener la furia radiactiva de Chernóbil. El accidente atrapó a millones de personas gracias a los eventos representados en la serie de HBO, pero hay algo que nunca debemos olvidar… y es que el siglo XXI sufrió su propio Chernóbil en la forma de Fukushima.
La combinación del tsunami y el desastre nuclear demandaron la evacuación de casi medio millón de personas. Hoy existe una zona de exclusión con un radio de 20 kilómetros, y ocho años después del desastre, no son pocos los que han decidido explorar esa región. La fotógrafa Natalia Sobańska tenía planeado pasar tres días allí. Una alarma silenciosa alertó su presencia a la policía, y aunque no tuvo demasiados problemas, los tres días se convirtieron en dos.
Aún así, Natalia admitió sentirse aliviada. Lo que comenzó como un viaje feliz y lleno de entusiasmo, se convirtió en un proceso de tristeza sofocante. Calles vacías, vestidos intactos que nadie se colocará, estanterías repletas de alimentos, máquinas de pachinko en silencio, restaurantes tradicionales abandonados. Las imágenes de Natalia son formidables, pero su experiencia personal fue en la dirección contraria.
Si quieres ver y saber más sobre sus viajes, no dudes en pasar por su página oficial, y su perfil de Instagram.
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