The Outbreak, una película interactiva web sobre una epidemia zombi, es uno de los más claros ejemplos de cómo Internet y el cine pueden convergir sin que uno cause perjuicio al otro, unificándose en un todo que puede más que la suma de las partes. En The Outbreak el espectador deja su acostumbrado rol pasivo y, desde la comodidad de su navegador, se convierte en un protagonista forzado, en medio de una invasión de muertos vivos. Una mezcla de YouTube y “Elige tu propia aventura”.
Antes de que nos salten a la yugular: sabemos que las películas interactivas existen desde 1983. La primera, o al menos la más conocida, es Dragon’s Lair (desarrollada por Cinematronics, animada por el genio Don Bluth y todavía en circulación gracias al DVD y al Blu-ray). Pero este tipo de narrativa, directamente integrada en el navegador, no la habíamos visto nunca en servicio de la ficción (aunque sí en publicidades). Con una puesta en escena impecable, The Outbreak plantea una intensa experiencia para el espectador/internauta, que debe dejar su rol pasivo para adentrarse en la narración como uno más de los personajes asolados por los muertos vivos de la epidemia zombi (y, sí, en NeoTeo nos encantan los zombis).
En sí, y si uno se lo pone a pensar, no es la gran cosa. Básicamente, todo el filme consiste en una cadena de escenas, interconectadas entre sí, con diferentes caminos que se van revelando dependiendo de nuestras elecciones. Sí, tal cual los libros Elige tu Propia Aventura. Vemos una escena que, al finalizar, nos deja seleccionar una de dos opciones. Dependiendo de la elección, tomaremos un camino u otro (lo que se traduce a veremos una escena u otra). Sin embargo, el game over (final del juego) acecha a cada rincón. Con los zombis no se bromea y una mala jugada puede costarnos la vida (o algo peor).
Se nota que The Outbreak puede ser solo la punta de un gigantesco iceberg. El corto fue filmado en seis días por el estudio de animación SkilTricky, con un presupuesto magro, pero una buena puesta y actores principiantes pero talentosos. Los 15 minutos que pasamos tomando decisiones detrás de la pantalla, con uno de nuestros géneros preferidos, fueron el punto alto de nuestro día (y a George Romero se le cae la cara de vergüenza).
Películas infinitas y sociales…
A nivel narrativo, la importancia de este sistema es más que evidente. Como espectadores nos hacemos parte, estamos más pendientes de la acción, porque la misma fue nuestra elección consciente. Es como un juego, sí, pero que en ningún momento deja de ser una película. Es un híbrido y, lo más importante, un híbrido de navegador, en línea y de acceso directo. Cosas similares se han dejado ver en el mundo DVD, sin demasiado éxito. Porque por más digital que sea el DVD, no deja de ser estático, sin posibilidades de ampliación.
Un filme de estas características, y tal vez como proyecto social, puede decantar en centenares de caminos y elecciones diferentes, que nos llevarían de aquí para allá, viendo un evento mismo desde diferentes ópticas. Incluso nosotros mismos podríamos formar parte de una de las ramificaciones de la historia, filmando nuestras escenas y encadenándolas con otras. Sí, algo como lo que hizo Google con Gmail, pero interactivo y con una historia central.
Puede que estemos exagerando, pero nadie puede negar que la posibilidad está allí. Sea por eso, o porque simplemente nos gustan los zombis, te invitamos a que pases por SurvivingTheOutbreak y nos cuentes tu experiencia. Lamentablemente solo está en inglés. Eso sí, recuerda todos esos manuales y test de supervivencia zombi que has hecho, te serán muy útiles…
