Si hay un sitio casi emblemático, al que prácticamente todos los internautas han ingresado alguna vez y la mayoría lo hace a diario, es YouTube. Sin embargo, y por extraño que pueda parecer, el sitio no logra generar ganancias importantes.
Resulta paradójico que un sitio que registra millones de visitas diarias no genere toneladas de dinero. Sin embargo, es lo que está ocurriendo con YouTube, un sitio por el que hace pocos meses Google desembolsó 1650 millones de dólares. Cualquiera que tenga un blog que incluya algún tipo de publicidad, sabe que hay una relación bastante directa entre el número de visitantes y el dinero que genera el sitio web.
Pero con YouTube esta regla no se cumple. El motivo hay que buscarlo en la naturaleza colaborativa del sitio. Son los mismos usuarios los que generan el contenido de YouTube, y ya se sabe que los usuarios de las redes sociales son muy susceptibles a la introducción de publicidad en los contenidos que, de alguna manera, les pertenecen.
Por supuesto, este no es un problema exclusivo de YouTube. Otras redes sociales, como MySpace, también tienen dificultades a la hora de traducir su enorme popularidad en ganancias reales.
Una alternativa seria que YouTube tuviese una sección “Premium”, con contenidos provenientes de los gigantes de la industria, como Viacom, NBC o Walt Disney, y cobrar por su descarga. Pero no es una salida demasiado realista, ya que estas son las mismas empresas que continuamente demandan al portal por que los usuarios incluyen clips sin la autorización de los propietarios de los derechos. Para colmo de males, YouTube nunca se mostró demasiado entusiasmado con compartir sus magros ingresos con ningún socio estratégico.
Hace poco tiempo se corrió el rumor de que podría incluirse la publicidad directamente en los videos, ya que esta sería la única manera de los anuncios fuesen vistos por los millones de clips YouTube que se reproducen en otros sitios web, simplemente “incrustando” su dirección. No hace falta aclarar que por este servicio Youtube no recibe un solo dólar, a pesar de que consume un gran porcentaje de sus recursos. Sin embargo, hasta el momento, los videos siguen “limpios” de anuncios.
Seguramente dentro de poco tiempo veremos cuál es la solución que encuentra Google para hacer rentable su inversión. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de la revolución Youtube.