Atravesamos una época muy complicada para la seguridad informática, con múltiples ataques, fugas de información, sistemas comprometidos y bugs de alto riesgo. Todos estamos convencidos de que no existe tal cosa como la seguridad perfecta, pero algunos desarrollos se acercan bastante, y uno de ellos es el nuevo chip de Xerox PARC. Al utilizar un vidrio especialmente templado, todo lo que se necesita es una pequeña fuente de calor para convertirlo en polvo, más allá de cualquier técnica de recuperación.
Ya no quedan dudas de que Internet se ha convertido en un campo de batalla. Mientras escribo estas líneas, alguien trata de acceder a un sistema y robar su contenido, o simplemente derribarlo para dar lugar a un ataque aún más profundo. La seguridad informática es más relativa que nunca, y los expertos (de todos los bandos) aprenden cada día un truco nuevo, que tarde o temprano les permitirá vulnerar a sus rivales. En algunos casos, la información a proteger es tan delicada que resulta preferible una solución doble, o sea, combinar hardware con software. En la otra acera encontramos a quienes piensan que eso es un error, ya que el robo de la llave física podría comprometer todos los datos casi sin esfuerzo. La diferencia, es que la llave que vamos a observar ahora puede autodestruirse en cuestión de segundos, y de forma remota si es necesario.
El trabajo está a cargo de Xerox PARC, y fue presentado durante la conferencia «Wait, What?» que organizaron nuestros amigos de DARPA. Básicamente, el chip usa vidrio como sustrato, una variante especial del famoso Corning Gorilla Glass que vemos en los principales dispositivos móviles. El vidrio es templado vía intercambio de iones, y cuando alcanza su punto máximo de estrés, estalla en miles de pedazos que continúan fragmentándose por varios segundos después de la ruptura general. En otras palabras, el chip de vidrio sólo necesita del estímulo adecuado para volverse polvo, e inutilizar cualquier dato o clave en él. Las demostraciones de Xerox PARC dejaron en evidencia a algunas de las alternativas que se pueden utilizar como «interruptor» para destruir el vidrio, entre ellas una pequeña resistencia atravesada por una carga eléctrica, y un fotodiodo iluminado con un puntero láser.
Señales de radio, una llamada telefónica, y el simple hecho de intentar extraer o duplicar la información con un dispositivo no autorizado son algunas de las posibilidades para destruir al chip, y la verdad es que no podemos terminar de enumerar sus potenciales aplicaciones. De más está decirlo, Xerox PARC tiene a la milicia en mente como cliente principal para adquirir a esta tecnología, sin embargo, imagina algo similar trasladado a discos duros, smartphones o tarjetas de crédito. La neutralización física de una plataforma electrónica es el último recurso, pero ya hay compañías trabajando alrededor de esa idea, y no podemos negar su efectividad.