La forma de educarnos sobre cómo lo que hacemos en internet nos deja expuestos es lo que modelará el uso futuro de internet, tanto para los usuarios como para las compañías. Para crear conciencia al respecto, unos investigadores crearon el X.pose, un vestido impreso en 3D que se transparenta al perder intimidad en la red.
A la vez que preocupación real de los usuarios (aunque no a la medida que quisiéramos), la privacidad se ha convertido en el caballito de batalla de las grandes y pequeñas empresas a la hora de vender sus productos en la red. Es que con la demanda de mejoras en los ToS y en la forma de tratar nuestra información en línea hacia las compañías, conocer hoy que un servicio cuida la privacidad del usuario es como leer la esquela de “cuida el medioambiente” a finales de los 90 y principios de 2000. Pero así como se lo demanda a otros, también se incurre en la hipocresía de no saberse responsable de la principal fuga de privacidad en internet. Sí. Es el usuario individual, tú, yo, el que primero atenta contra su intimidad al compartir determinados datos a través de redes sociales o aplicaciones de seguimiento. Para que nos demos una idea de cómo funciona este proceso, unos estudiantes crearon un vestido impreso en 3D que se transparenta al perder intimidad en la red.
Denominado X.pose, el corset femenino actúa como una muestra gráfica y física de lo que sucede con nuestra ser virtual cada vez que compartimos información que descuida nuestra privacidad e intimidad. Como un reflejo en tiempo real del “daño” que le hacemos a nuestra privacidad en línea, el vestido se transparenta en algunas zonas y deja expuesta la piel de los usuarios. El vestido está compuesto con información compartida por el usuario en distintos lugares en los que estuvo en el último tiempo. Utilizando un controlador Arduino, esta información se traslada a trazas de plástico que luego conforman la prenda. A través de la impresión 3D. Usando paneles translucidos, la aplicación controla la opacidad de los mismos exponiendo u ocultando partes de nuestro cuerpo según lo indiquen los datos de la aplicación de X.pose. Pedro Oliveira y Xuedi Chen, de la Universidad de New York, indicaron que cuantos más datos se expongan o se recolecten, más desnudos estaremos, aunque siempre cuidando que no nos metan presos por generar desorden público.
Con un modelo que otra vez sexualiza innecesariamente una discusión importante al presentar al X.pose como una prenda en forma de vestido y usando a una bella mujer de modelo, la propuesta igualmente busca generar conciencia en los usuarios. Al relacionar la desnudez física de la que tanto nos defendemos con la virtual, a la cual aceptamos o no entendemos como tal, se puede comprender un poco más la concepción que existe sobre la relación beneficio/costo en el uso de las redes sociales. En la realidad física se puede controlar deliberadamente qué parte de nuestro cuerpo y cuánto de ella queremos exponer a los ojos de los demás, pero en el mundo virtual esta elección a veces no es nuestra ya que no tenemos tanto control efectivo sobre los medios que utilizamos.