Dejemos por un momento de lado los ejemplos vistos en la ciencia ficción, o las aplicaciones militares que se están barajando. ¿Cuántas personas tienen un trabajo repetitivo que agota rápidamente la resistencia en los brazos? ¿Cuántas personas sufren lesiones por lidiar con objetos demasiado pesados o incómodos para su manipulación? Las circunstancias pueden ser muchas, pero una aplicación de mecánica e inventiva como es el X-Ar podría aportar una solución no sólo segura, sino también eficiente en materia de costos.
Hacer fuerza o levantar un objeto pesado de forma inadecuada puede causar serios problemas. Personalmente he estado con un dolor en el hombro durante varios días al subestimar seriamente la carcasa completa de una antigua Commodore 128D (la versión metálica), pero si un incidente insignificante como ese puede causar molestias, imaginen las consecuencias de un trabajo realmente pesado y/o repetitivo, que al mismo tiempo puede demandar cierto grado de precisión. La fatiga afecta la productividad y el bienestar de los empleados, y aunque toda empresa sabe eso muy bien, lo cierto es que las soluciones mecánicas disponibles son demasiado grandes y complejas para ser implementadas de forma efectiva.
Sin embargo, el X-Ar no es ninguna de las dos cosas, ya que utiliza piezas relativamente sencillas, y se adapta a diferentes entornos de trabajo. El X-Ar ha sido presentado como una especie de brazo exoesquelético, al contrario de su familiar el ZeroG, que actúa de la misma forma que un brazo mecánico independiente. Otra diferencia importante es que, mientras el ZeroG puede sujetar tanto la herramienta a utilizar como la pieza a trabajar, el X-Ar se instala en el brazo del operador. Su diseño está basado de forma muy cercana a la del famoso dispositivo Steadycam, utilizado para estabilizar cámaras de vídeo en todo tipo de filmaciones.
El lanzamiento oficial del X-Ar se llevará a cabo en la Conferencia de Ergonomía Aplicada en la ciudad de Orlando, el próximo 21 de marzo. La precisión del X-Ar sería tan alta que hasta un cirujano podría utilizarlo en un cuarto de operación, reduciendo de forma considerable su nivel de fatiga. También existe un gran potencial para asistir a personas con movilidad reducida, pero el primer paso del brazo es presentarse ante todos aquellos que utilizan las manos y los brazos para trabajar. El costo inicial del X-Ar se estima entre los dos mil y los tres mil dólares.