Los dirigibles, enormes máquinas voladoras más livianas que el aire, estuvieron de moda hace más de medio siglo. Hoy, a pesar de varios proyectos que intentan revivirlos, son poco más que una curiosidad o atracción de feria. Pero algunos diseñadores intentan capitalizar este concepto para dar lugar a conceptos como el propuesto por Timon Sager, quien ha presentado imágenes de lo que el cree puede ser la casa del futuro. Se trata de Wolke 7, y es algo así como un hogar colgado en el cielo. ¿Vivirías ahí?
Antes que los aviones fuesen lo suficientemente seguros, baratos y populares como para convertirse en la forma más rápida y simple de recorrer grandes distancias, los viajeros de los países más avanzados del mundo volaban en dirigibles. Si bien en ese época -estamos hablando de la primer mitad del siglo pasado- no había ni por asomo la cantidad de pasajeros dispuestos a volar que existen hoy, esas aeronaves más livianas que el aire (gracias a su contenido gaseoso) transportaban gente incluso de un continente a otro. Con el tiempo la aviación fue reemplazando poco a poco a los dirigibles, que heridos de muerte fueron desapareciendo de los cielos.
Sin embargo, cada tanto algún diseñador recuerda esas épocas y propone alguna forma de aprovechar esa forma de volar. Uno de los principales atractivos de estas grandes naves es que no necesitan prácticamente quemar combustible para volar, basta con llenarlos del gas adecuado (generalmente helio) y despegar. Se los ha utilizado como medio publicitario, y más de una vez se los ha propuesto para el transporte de cargas alrededor del planeta. Pero esta vez, un diseñador llamado Timon Sager, ha pensado en los dirigibles como una solución habitacional.
Tal como lo ha expuesto en su sitio web, Sager ha diseñado una casa que -por decirlo rápidamente- cuelga de un par de dirigibles. A pesar de su forma moderna y aerodinámica, se trata de dos simples globos llenos de gas que se encargan de elevar la vivienda y transportarla a donde su dueño (y los vientos) desee. Debajo del cuerpo de estos globos hay una serie de hélices que se encargan de impulsar el aparato, y unas pequeñas alas situadas en la parte trasera hacen las veces de timón, de forma que el piloto pueda elegir la dirección correcta.
En cuanto a la casa no hay mucho que decir. Tal como se ve en las imágenes renderizadas por el artista, posee todas las comodidades que querríamos tener en nuestro hogar. La única diferencia es que antes de salir al patio tienes que pensar con cuidado si está posada en tierra o si te encuentras a varios miles de metros por encima de la superficie del planeta. Las ventajas de este tipo de vivienda incluyen la posibilidad de cambiar el sitio de residencia prácticamente a diario, de realizar viajes “con todo y casa” y dormir lejos del ruido de la ciudad.
Pero si lo pensamos fríamente, veremos que este concepto difícilmente se convierta en un producto comercial exitoso. Su costo seguramente será muy elevado, y no todo el mundo querrá vivir de esa forma. Además, hay que recordar que el cielo no siempre se presenta tán calmo y límpido como se ve en estas imágenes. Soportar una tormenta con fuertes vientos a bordo de esa casa no debe ser algo agradable. Y, lamentablemente, la posibilidad de aterrizar y esperar que las cosas se calmen no siempre son una alternativa, ya que asegurar en tierra semejante cacharro no debe ser tarea fácil. Como sea, no deja de ser un interesante concepto en el que probablemente alguien se inspire para desarrollar algo útil.