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Windows 7 y Linux en Arranque Dual (Dual boot)

Estamos a casi cinco meses del lanzamiento oficial de Windows 7, pero el interés que ha generado entre los usuarios ha sido enorme, y muchos ya han adoptado al Release Candidate como sistema operativo principal. Más allá de si esto es una buena idea o no, lo cierto es que el sistema operativo de Microsoft se ve muy sólido, y el que un usuario quiera tenerlo como sistema de cabecera, no suena tan descabellado. Pero Windows no ha sido el único sistema operativo que ha mejorado. Las distros de Linux vienen cada vez más refinadas y ajustadas, junto con el beneficio de ser (en su mayoría) más piadosas con los requerimientos de hardware. Tener a Windows 7 y a Linux en un mismo ordenador es algo que varía según la distro a instalar, pero este artículo te servirá mucho si lo tomas como referencia.

La instalación de Windows 7 no ofrece muchas opciones para administrar particiones, pero entrega lo mínimo y necesario como para que el sistema operativo pueda instalarse en el ordenador sin mayores inconvenientes. Muchos han dicho que el mínimo y indispensable espacio en disco para Windows 7 está entre los 20 y los 40 GB, pero diferentes pruebas bajo entornos virtualizados no han permitido verificar que con un espacio en disco de 16 GB se puede realizar una instalación aceptable. De todas formas, esto no parece ser un problema muy serio en estos días. Los discos duros son cada vez más grandes, con unidades que alcanzan los 2 TB de capacidad. De igual forma, los discos de estado sólido han aumentado mucho su tamaño y su velocidad, aunque el precio de algunas unidades sigue siendo prohibitivo.

Salvo casos específicos, las distros de Linux no suelen demandar tanto espacio en disco. Debian puede trabajar cómodamente con 4 GB (swap incluido), mientras que Ubuntu se divierte con cualquier cosa por encima de 8 GB. De esta forma, tomar algunos gigabytes para una partición Linux es un lujo que casi todos los usuarios interesados pueden darse. El caso más común es que poseas Windows 7 y quieras instalar Linux después. Además de ser el más probable, es el que hace las cosas más fáciles. A menos que estés lidiando con una distro muy extraña, el "bootloader" detectará la partición de Windows 7 y la colocará como opción en el menú de arranque sin que debas realizar alguna edición profunda, cosa que es necesaria en el caso de que poseas Linux y quieras instalar Windows 7. Recuerda que debes tomar esta guía como referencia, y no como última palabra. Las distros varían mucho en sus métodos de instalación y en su complejidad, por lo que no podemos cubrirlas a todas, pero sí podemos darte una idea de lo que encontrarás en el camino.

Instalando Linux

Las Herramientas Administrativas de Windows 7 y Windows Vista le entregan al usuario la posibilidad de reducir el tamaño de una partición sin tener que salir del sistema operativo. La sección "Seguridad y Sistema" del Panel de Control contiene a las Herramientas Administrativas, pero justo bajo su nombre hay una opción llamada "Crear y dar formato a particiones de disco". Cuando hagas clic allí serás llevado a la sección de Administración de Discos. Haz clic con el botón secundario sobre la partición que deseas reducir y escoge la opción "Reducir Volumen". El resto de las opciones depende de cuánto espacio le quieras dar a la partición Linux. Lo ideal sería que consultes la documentación en la página oficial de la distro o que recurras a alguno de sus canales de soporte si no estás seguro de cuánto espacio debes asignarle. Procede con moderación: Dejar sin espacio suficiente a la partición de Windows 7 causará múltiples problemas. Para nuestra prueba, 4 GB de espacio serán suficientes. Una recomendación: Desfragmenta el disco antes de cambiar el tamaño de la partición. Eso hará que el procedimiento sea un poco más rápido. El cambio de tamaño puede durar de unos pocos minutos a un par de horas, por lo tanto, no digas que no te avisamos.

No tuvimos ninguna razón en especial para escoger Debian como distro a instalar. Quienes esperaban una instalación de Ubuntu pueden sentirse decepcionados, pero lo cierto es que la instalación alternativa de Ubuntu es extremadamente parecida a la de Debian, por lo que no deberían sentirse tan perdidos. Al insertar el disco, el procedimiento de instalación es idéntico a como lo hayas hecho siempre (a menos que sea la primera vez que instalan Linux, si ese es tu caso ya tendremos algunas palabras para ti más abajo), hasta el punto en el que se debe escoger una porción de espacio en disco para instalar Linux. Las distros tienen diferentes sistemas de particionado automático, los cuales recomendamos si no estás seguro de qué valores debes configurar, pero nuestra intención es que puedas visualizar el proceso, así que haremos la configuración manualmente. Llegará un momento en el que verás el espacio que liberaste desde el interior de Windows 7. Escógelo y configura los valores que necesites, como partición de intercambio y parámetros adicionales (en caso de que sea posible y/o necesario). Para finalizar deberás confirmar todos los cambios, y el sistema operativo se encargará del resto. Creará las particiones correspondientes en el espacio libre, les dará formato y comenzará la instalación.

Opciones de instalación de por medio (servidor web, servidor DNS, un entorno gráfico especial, etc.), habrá un momento en el que el sistema operativo instalará el "bootloader". A menos que se trate de una distro de Linux especial, es muy probable que te topes con GRUB como bootloader. El único detalle que tuvimos con GRUB mientras instalábamos Debian fue que reconoció a la partición de Windows 7 como "Windows Vista", pero fuera de eso, no hubo inconvenientes. Tal y como muestra la imagen, deberás confirmar la instalación de GRUB en el MBR. Si deseas otro bootloader que no sea GRUB, entonces es muy probable que ni siquiera necesites esta guía para configurar un arranque dual, pero si necesitas una recomendación puedes darle un vistazo al bootloader llamado GAG, que es mucho más gráfico que GRUB.

Cuando la instalación finalice, reiniciará el ordenador y verás por primera vez el menú de GRUB. Si todo fue bien, la entrada de Windows 7 aparecerá bajo la sección "Other operating systems", con las entradas de Linux por encima. ¡Eso es todo! El resto depende de la configuración que necesites dentro de Linux, pero eso no está cubierto por esta guía. Algunos usuarios reportaron problemas con Windows 7 a la hora de hacer un "dual boot", pero nosotros no los tuvimos aquí. Recuerda que el procedimiento varía según la distro, pero básicamente se reduce a:

1) Hacer espacio para Linux (sea re-particionando o utilizando un disco secundario)
2) Instalar Linux en ese espacio de disco liberado
3) Instalar el bootloader y reiniciar

Alternativas y recomendaciones

En caso de que no desees particionar el disco, pero poseas un disco secundario que puedes dedicar parcial o totalmente a Linux, puedes instalarlo allí sin problemas. Si utilizas el disco completo no debes preocuparte por el particionado, ya que lo harás desde el interior de la instalación de Linux, pero si en ese disco tienes información que no quieres perder, deberás re-particionarlo.

Otro punto a tener en cuenta es si vas a instalar Linux por primera vez en tu ordenador. Si nunca has utilizado una distro antes, no es recomendable que comiences tu experiencia Linux modificando particiones e instalando bootloaders. Un entorno virtualizado es mucho más sencillo de instalar y controlar en caso de que las cosas salgan mal, además de permitirte conocer de forma más íntima a la distro que deseas instalar. Una vez que hayas ganado la suficiente confianza, siéntete libre de dar el salto a una instalación nativa. Recuerda: Ten cuidado y ten paciencia, ya que dos sistemas operativos pueden convivir en un mismo ordenador, más allá de que sean tan diferentes. Esperamos que esta guía te haya servido. ¡Buena suerte!

Escrito por Lisandro Pardo

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