Han pasado seis días desde el lanzamiento oficial de Windows 7, y son seis días en los que le hemos levantado el capó al sistema operativo para comprender un poco más su funcionamiento. Sus similitudes técnicas con Windows Vista hacen que gran parte de nuestro trabajo sea más fácil, ya que muchos de los ajustes que podían ser aplicados en Windows Vista siguen siendo válidos sobre Windows 7 en mayor o menor medida. Esta mezcla entre personalización y uso diario son la raíz de este artículo, con varias sugerencias sobre cómo llevar más allá a la configuración por defecto de Windows, el repaso de viejas reglas, ciertos detalles negativos, y algún que otro nuevo truco que sólo se aplica al nuevo juguete de Microsoft.
Todo cambio de sistema operativo es traumático, por más seguro y automático que pueda ser el proceso, y ya se trate de una actualización o una instalación limpia. Las tres plataformas principales para ordenadores, Windows, GNU/Linux y el OS X de Apple pueden presentar problemas cuando en realidad el hecho de pasar de una versión a otra debería ser "sólo un pequeño salto". En algunos casos, el cambio del sistema operativo puede ser equivalente al tener que aprender un nuevo idioma en pocos días. La paciencia del usuario es puesta al límite, y lo que tendría que ser un simple procedimiento técnico se convierte en una verdadera prueba de tolerancia, prueba que no todos los usuarios superan. En lo referente a plataformas Windows, Vista resultó ser un filtro demasiado fino. Reconozco que he podido utilizar a Windows Vista sin problemas mayores, pero luego de haberle extirpado con una motosierra todo lo excesivo e ineficiente que tenía integrado. En otras palabras, me encontré a mí mismo utilizando "medio sistema operativo", forzado a lidiar con ello hasta la salida de Windows 7. Puede que lo más triste haya sido que resulté un "privilegiado" entre los usuarios de Windows Vista, ya que por lo menos pude mantener este duelo de voluntades entre usuario y sistema operativo, cuando otros ni siquiera tuvieron esa posibilidad.
Hasta este punto, después de haber probado su beta y su Release Candidate, debo reconocer que Windows 7 se encuentra en buen camino para corregir eso. Sólo fue suficiente con apegarme a viejas reglas de instalación de Windows para que los problemas durante esa fase fueran inexistentes. En otras palabras, decidí dejar de lado cualquier proceso de actualización, inclinándome por una instalación limpia. Muchos sitios han detallado los importantes avances que ha logrado Microsoft a la hora de ofrecer un proceso de actualización sereno y viable, pero en esta ocasión sólo diré que "el diablo sabe más por viejo que por diablo". Tal y como algunos sitios han aprobado a la instalación por actualización de Windows 7, otros han reportado muchos casos de dificultades en la versión de bajo costo que Microsoft puso a disponibilidad de estudiantes, una versión de "sólo actualización" disponible a través de descarga digital. Es cierto que actualizar un sistema operativo de 32 bits a una versión de Windows 7 de 64 bits suena complicado, pero volvemos una vez más a lo que mencionamos más arriba: Originalmente se trataba de un simple instalador. Ahora, los estudiantes que hayan pagado por estas copias deben descargar la imagen ISO y copiarla a un pendrive USB para realizar la instalación.
Lo que defiende todavía más mi punto de vista es que ya se han publicado algunos métodos para realizar una instalación limpia en un ordenador sin sistema operativo, utilizando una versión de actualización de Windows 7. El mejor punto de partida que pueden tener para lograr este objetivo es el Windows SuperSite de Paul Thurrott, en donde podrán encontrar varias alternativas para realizar una instalación completa con una versión de actualización. El método más seguro involucra instalar a Windows 7 como si se tratara de la versión completa sin ingresar el número de serie, y luego aplicar una pequeña modificación en el Registro junto con el comando slmgr /rearm que ya conocíamos para extender el período de prueba de Windows 7, ya que de lo contrario el ingreso del número de serie y la activación posterior arrojarán un error.
Una vez que hayan salido del proceso de instalación, lo más probable es que deban comenzar la instalación de controladores, a menos que Windows 7 haya detectado automáticamente todos los controladores necesarios. Algunas piezas de hardware, como por ejemplo las tarjetas de vídeo, necesitan utilizar sus controladores dedicados de Windows 7 que pueden descargarse de forma gratuita y directa desde la página de sus respectivos fabricantes, pero en el caso de otras piezas de hardware como la tarjeta de sonido o la tarjeta de red, puede que no sea algo crítico el correr hacia el sitio del fabricante y buscar una versión adecuada. Honestamente, no he tocado ni los controladores de red ni los de sonido, y todo lo que he instalado hasta ahora en Windows 7, incluyendo juegos en línea y programas de edición de sonido, no ha tenido ninguna clase de conflicto con estos controladores integrados. En algunos casos, la búsqueda de controladores puede complicarse más de lo necesario, especialmente si estamos trabajando con la versión de 64 bits de Windows 7. El fabricante puede demorarse con la publicación de los controladores, y mantener en línea a una versión vieja que posee problemas de estabilidad en el nuevo sistema operativo. Por eso es recomendable concentrarse en el hardware crítico para buscar controladores dedicados, como tarjetas de vídeo y el chipset de la tarjeta madre, y luego, si el tiempo y la compatibilidad lo permiten, ir bajando en la escala.
He visto que en algunos sitios critican ciertas inconsistencias en la apariencia de Windows 7. Las hay, de eso no hay duda. Sólo basta con abrir las propiedades de configuración del ratón para encontrar una escena digna de cualquier versión de Windows 95, pero es probable que el mayor punto en cuestión sea Aero. En el artículo anterior he dicho que Aero se ve mucho más integrado al sistema operativo, suprimiendo esa necesidad instintiva de desactivarlo para recuperar rendimiento en el ordenador. Pero hay algunos detalles que probablemente merecieron un poco más de atención. Si miran de cerca la imagen de más abajo que muestra a VirtualBox abierto, notarán dos cosas. El "color base" de la transparencia que utiliza Aero no es el que viene por defecto, ya que puede cambiarse y recomiendo fervientemente que lo hagan. Pero lo notable, o tal vez decepcionante, es la poca diferencia que hay entre una ventana activa y una inactiva con Aero activado. Y si queremos cambiar esto, bueno, nos encontramos con otra pesadilla de la era XP. Microsoft dio un buen paso al integrar mejor a Aero, pero sigue siendo tan tosco de configurar como lo era en Vista.
Fuera de sus detalles visuales, Aero incorporó unas cuantas novedades, principalmente, las funciones Snap y Peek, pero también quiero hacer mención aquí a las famosas listas de salto o "jump lists". Honestidad por delante: No he usado Aero Snap desde que Windows 7 fue instalado. Puede que ya tenga demasiado integrado al Alt+Tab y a las ventanas maximizadas en mi ADN, pero el restaurar una ventana y arrastrarla hacia uno de los lados de la pantalla es algo que queda completamente destruido frente a las centésimas de segundo de un Alt+Tab en el momento justo. El teclado sigue venciendo al ratón en velocidad, y las cosas no cambian en Windows 7. En cambio, con Aero Peek las cosas son muy diferentes. Puede que el hecho de que sea zurdo tenga alguna influencia en esto (utilizo la mano izquierda tanto para el Alt+Tab como para controlar el ratón), pero cuando no puedo invocar un Alt+Tab, me apoyo automáticamente en Aero Peek. Sobre las listas de salto, poco y nada para decir. Funcionan muy bien… en las tres o cuatro aplicaciones que son compatibles con ellas. Para el resto, no es más que una barra de tareas glorificada. Para cerrar esta sección, aquí hay una forma de acelerar el tiempo de respuesta de Aero Peek, que posee una velocidad por defecto de 500 milisegundos. Abran el Editor de Registro, y diríjanse a la ruta: HKEY_CURRENT_USERSoftwareMicrosoftWindowsCurrentVersionExplorerAdvanced. Allí creen un valor DWORD con la clave DesktopLivePreviewHoverTime, y asignen el valor decimal en milisegundos que deseen. Reinicien el ordenador para aplicar los cambios.
Finalmente no pude evitarlo: Me lancé de cabeza a los servicios de Windows 7. Varios viejos conocidos por aquí, algunos provenientes de Microsoft, otros integrados por el software de seguridad y algún que otro controlador. Muchos en la lista, varios innecesarios. ¿Por dónde se puede comenzar? Una de las primeras víctimas de la "política de desactivación" es la Cola de Impresión, o "Print Spooler" para quien posea Windows 7 en inglés. Si cuentan con una impresora conectada, entonces no es una buena idea que desactiven esto, pero si ese periférico no está presente, no tiene sentido regalar memoria, por más que sean algunos pocos megabytes en una era de gigas de RAM. Las guías de optimización de servicios disponibles para Windows Vista siguen siendo en su gran mayoría válidas para Windows 7. Y también es necesaria una buena dosis de criterio, por supuesto. Tiene muy poca lógica el mantener al Cliente DHCP y al Cliente DNS activos cuando se utilizan números de IP estáticos y servidores DNS personalizados. Algunos de los servicios sólo son necesarios cuando ciertas funciones están activas. Por ejemplo, el sistema Aero necesita del Administrador de Sesión del Administrador de Ventanas de Escritorio (por todos los cielos, ¡qué nombre!), pero si Aero no está ejecutándose, el servicio sigue allí por defecto. Muchos otros servicios se mantienen en "manual", o sea, que sólo son llamados a actividad cuando son necesarios, pero lo mejor es mantener a todos ellos bajo vigilancia.
Algunos me han preguntado sobre el odiado Control de Acceso de Usuario. En Vista era sencillamente insoportable, hasta que el Service Pack 1 le puso un collar al cuello y se convirtió en algo relativamente tolerable para la salud mental del usuario. El muy poco tiempo que pasé con una cuenta de usuario estándar en Windows 7 casi no recibí advertencias del Control de Acceso, pero no importa qué tan flexible se haya vuelto, hay instancias en las que un usuario debe ir todavía más allá. Por eso es que, lamentablemente, he ido contra aquello que Microsoft ha intentado evitar durante todo este tiempo, y activé la cuenta de Administrador. La cuenta está disponible desde el inicio, sólo que desactivada por defecto, lo que permite obtener un nivel superior de seguridad, pero que al mismo tiempo limita al usuario en algunas circunstancias como pueden ser un perfil corrupto al que no se puede acceder. Ahora, primera y única advertencia: Cuidado con la cuenta de administrador. El ordenador puede terminar en la órbita de Marte si intentan algo raro. Dicho eso, vayan a Administración de Equipos, luego ingresen a Usuarios Locales y Grupos, allí ingresen en la carpeta Usuarios, y entren a las propiedades de la cuenta de Administrador. Quiten la tilde que desactiva a la cuenta, y eso será todo.
Es probable que muchos de nuestros lectores quieran saber cómo le va a Windows 7 ejecutando juegos. Todavía tengo que instalar algún peso pesado como para poner de rodillas al sistema, pero sí he instalado el cliente de Dungeons & Dragons Online, y no he notado ninguna pérdida de rendimiento. Según las pruebas que se han ido publicando en la red, las ventajas de Windows 7 sobre Windows Vista son bastante interesantes, especialmente en sistemas con más de un núcleo en su procesador, mientras que en las pocas pruebas que Vista logra sacar ventaja, la diferencia es marginal. Tanto ATI como Nvidia han hecho un excelente trabajo con sus controladores, garantizando como mínimo un rendimiento par entre Windows Vista y Windows 7 para sus diferentes tarjetas. En un punto específico en el que Windows 7 destroza a Vista en el tiempo que tarda en apagarse. Por más similitudes que puedan tener en su estructura, si nos limitamos al apagado, parecen dos sistemas operativos de planetas diferentes.
Hasta aquí por el día de hoy. En esta última semana hemos utilizado y ajustado a Windows 7 de diferentes formas, y en lo personal, no puedo negarlo: Me gusta mucho más que Windows Vista. Claro que la instalación tiene solamente seis días, y todos los sistemas operativos recién instalados tienden a funcionar bien, pero en comparación con el rendimiento que estaba "sufriendo" con mi última instalación de Vista, el paso a Windows 7 es un camino de ida. Como he dicho en otras ocasiones, los más duros de convencer entre los usuarios serán aquellos que deban saltar de Windows XP a Windows 7. Hay mucho hardware con algunos años encima en funcionamiento, y aunque Windows 7 logra algo muy interesante en el entorno de las netbooks, tal vez no suceda lo mismo con hardware de más de tres o cuatro años. En ese hardware, Windows XP brilla, y se siente indestructible. Por otro lado, hace exactamente tres días, Windows XP cumplió ocho años, y me cuesta decirlo pero se está convirtiendo en un dinosaurio informático. El hardware más humilde seguirá recibiendo a Windows XP como siempre, pero si por esas casualidades tienes un procesador dual-core y un par de gigas de RAM, deberías al menos considerar el paso a Windows 7.