Desde cierto punto de vista, era inevitable. El trabajo hecho con Azure, Office 365 / Microsoft 365, Xbox Game Pass y XCloud dejó en claro que Microsoft apostó su futuro a la nube, pero la única pieza del rompecabezas que faltaba era Windows. Sin embargo, a partir del 2 de agosto los usuarios empresariales podrán formar parte de Windows 365, un nuevo sistema de suscripciones que esencialmente coloca una PC en la nube, con imágenes de Windows 10 / 11, y varias configuraciones virtuales disponibles.
Windows 365 y la era del «trabajo híbrido»
El mensaje de Microsoft es simple: El mundo ha cambiado. Los últimos 18 meses crearon nuevos desafíos, y nos obligaron a abandonar costumbres que antes dábamos por hechas. La forma de trabajar se ha visto alterada de un extremo al otro, y el concepto de «trabajo híbrido» gana cada vez más fuerza. Algunos regresarán a la oficina, y otros seguirán trabajando desde casa, pero muchos buscarán establecer un nuevo equilibrio entre ambas opciones.
Ahí apunta Windows 365. El nombre es muy sugestivo, pero no se trata de un sistema operativo (como algunos sitios han indicado), sino que estamos ante un nuevo servicio de virtualización, construido sobre Azure Virtual Desktop. Esto permitirá a los usuarios acceder a entornos de Windows 10 y Windows 11 (cuando debute en el mercado), aplicaciones, herramientas específicas, y datos almacenados. En resumen, una PC virtual.
«Windows en todas partes», a pura nube
No importa si los dispositivos son personales o empresariales, si se trata de smartphones, tablets o thin clients, Linux, Mac, Android o iOS: La idea es que Windows 365 funcione en todos ellos, permitiendo al usuario «moverse» de un dispositivo a otro sin sobresaltos, y continuar su trabajo como si nunca se hubiera detenido.
Otro aspecto muy interesante de Windows 365 es que los administradores podrán crear ordenadores en la nube utilizando hasta doce configuraciones diferentes. La más básica ofrece un núcleo virtual, 2 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento, mientras que la más potente asciende a ocho núcleos virtuales, 32 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento. Obviamente, el soporte no estará limitado a apps y servicios de Microsoft: Si puede ejecutarse sobre Windows 10 o Windows 11, debería funcionar en Windows 365.
Un vistazo al futuro
Aún no hay precios oficiales para Windows 365, pero se calcula que adoptará un sistema equivalente a tarifa plana, con valores «por usuario, por mes». En un principio no habrá asociación con Office 365 / Microsoft 365, y continuará como una suscripción por separado.
Y eso nos lleva a un detalle muy importante: Windows 365 no busca reemplazar a las versiones locales de Windows, pero la relación entre Microsoft y la nube será cada vez más estrecha, y sería un error ignorar la posibilidad de que una variante «para consumo general» sea desarrollada más adelante. ¿Estamos listos para un «streaming» de Windows? ¿Acaso queremos algo así? Deja un comentario.
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