Damas y caballeros, llegó el momento: Tal y como lo anticipamos en octubre pasado, Windows 10 dejará de ser una actualización opcional, para asumir su nuevo rol como «recomendada». Esto significa que bajo la configuración de fábrica establecida en Windows Update, el nuevo sistema operativo se descargará automáticamente. Microsoft asegura que el usuario deberá confirmar si desea iniciar su instalación, pero aquellos que dijeron «no» previamente, harán bien en prestar atención.
Quedan menos de seis meses para acceder a la oferta gratuita de Windows 10, y Microsoft continúa redoblando la apuesta sobre su sistema operativo insignia. Su CMO Chris Capossela lo dejó muy claro antes de fin de año: Uno de los objetivos principales es reducir la fragmentación del ecosistema Windows, y si un ordenador posee los recursos de hardware necesarios para recibir a Windows 10, el plan de la compañía es ofrecerlo. Windows Update es la vía por excelencia para llevar a cabo dicha oferta, y más allá de algunos tragos amargos, la estrategia de Redmond no será modificada. La última novedad no hace más que confirmar lo que se anunció en octubre último: Durante esta semana, Windows 10 pasará a ser una actualización recomendada.
Este «ascenso» para Windows 10 dentro de Windows Update puede tener consecuencias, dependiendo de la configuración que haya sido establecida con anterioridad. Si el usuario jamás cambió los parámetros de actualización en Windows 7 o Windows 8.1, Windows 10 será descargado automáticamente, lo que equivale a unos seis gigabytes en promedio (aunque se han reportado descargas más pequeñas). Las críticas más duras en relación a estas descargas llegaron a través de usuarios que poseen acceso a Internet con un plan de datos limitado.
Por suerte, existen varios mecanismos que permiten bloquear la descarga. La más conocida es retirar la tilde que habilita a Windows Update tratar a las actualizaciones recomendadas como si fueran «importantes». Otra recomendación frecuente es retirar el privilegio a todos los perfiles en el sistema de instalar actualizaciones, y limitarlo a la cuenta principal. Finalmente, existen ciertos ajustes en el registro destinados a bloquear la oferta, o la clásica «opción nuclear», que es desactivar Windows Update por completo. Microsoft ha dicho que el proceso formal de instalación necesita de la confirmación del usuario, y honestamente esperamos que así sea.
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