Generalmente los coches eléctricos son eficientes, pero nunca hemos visto uno que se lo tome tan en serio como el Wind Explorer, capaz de viajar 2,533 kilómetros con el equivalente de US$15 en electricidad. Esto lo lograron gracias a una turbina que les permite generar electricidad para viajar por 200 kilómetros. Y el final del viaje lo hicieron asistidos por un cometa que empujaba el vehículo en la recta final. Además de crear este coche eólico, durante la presentación rompieron tres récords mundiales.
Hemos visto todo tipo de coches eléctricos, pero nunca huno asistido por un cometa. Un coche que no solo se mueve mediante energía eléctrica, sino también por la fuerza del viento. La demostración del Wind Explorer comenzó el 21 de enero, duró 18 días, cruzaron 5000 kilómetros —lo que equivale a US$15 en gasto eléctrico— y, en el proceso, rompieron tres récords mundiales.
Este impresionante coche que pesa 200 kilogramos, tiene un pack de baterías de ion de litio de 8 Kilovatios, divididos en 4 bloques y 14 paneles. Esta batería puede cargarse en tan solo una noche con el viento, a través de una turbina con potencia máxima de 1000 vatios y con carga completa puede viajar 200 kilómetros. El chasis se apoya sobre ruedas de bicicleta para disminuir la cantidad de resistencia en la superficie.
Ambos creadores, los alemanes Dirk Gion y Stefan Simmerer, hicieron el viaje sobre el vehículo puramente en energía eólica, a través de 2,253 kilómetros, y los restantes 482, con la asistencia de un cometa. Para lograrlo, el copiloto tuvo que sostener el cometa con las manos durante los kilómetros restantes y no fue una tarea para nada fácil, teniendo en cuenta que la fuerza del viento puede levantar a una persona adulta sin muchas dificultades.
Y el viaje no fue para nada simple. Pincharon una buena cantidad de llantas y hasta fundieron algunos motores, pero eso no les quita el mérito de haber roto tres récords en un solo viaje. Estos incluyen: el primer cruce continental por un vehículo de energía eólica, la distancia más larga recorrida por un vehículo eólico, y la distancia más larga recorrida por dicho vehículo en 36 horas. Este no solo es un logro para la ingeniería alemana, sino también un gran paso para los vehículos eléctricos.
