La controvertida organización WikiLeaks ha vuelto a las andadas, y esta vez ha hecho mucho más ruido del que se esperaba. Las autoridades estadounidenses trabajan contrarreloj para minimizar el supuesto "daño" que esta organización causó al revelar al público los datos de más de 250 mil cables diplomáticos "clasificados". Uno de dichos cables confirma algo que ya se había sospechado desde enero pasado: El famoso ciber-ataque contra Google y otras empresas fue autorizado y coordinado por el gobierno chino.
Quien haya dicho en su momento que la pluma es más poderosa que la espada, evidentemente no conocía al ordenador. Como si eso fuera poco, también se descubre que la palabra "clasificado" está un poco sobrevalorada en estos días. Se puede escuchar constantemente en los medios frases como "seguridad para el pueblo" o "proteger la libertad", pero cuando un cuarto de millón de cables diplomáticos estadounidenses provenientes de embajadas alrededor del globo quedan expuestos a la luz de esta forma, queda en evidencia que algo o alguien está haciendo muy mal las cosas. Sin embargo, en esta ocasión no estamos discutiendo sobre seguridad nacional, sino sobre el contenido de dichos cables, interesante por donde se lo mire.
Probablemente el que más nos interesa a todos los que estamos en contacto con la informática es el relacionado con el famoso ciber-ataque que Google y otras empresas sufrieron en territorio chino, como parte de la llamada "Operación Aurora", negada fervientemente por el gobierno chino. El cable menciona que un contacto chino reportó a la Embajada de los Estados Unidos en Beijing que el ataque fue "dirigido" por el Politburó chino, como parte de una campaña coordinada de sabotaje informático. El cable también menciona que la operación fue realizada por operativos del gobierno, por "expertos" en seguridad privada, y por ciertos "renegados" en Internet reclutados por el gobierno chino. Claro que, el ataque a Google es apenas una fracción dentro de la ecuación. Los ataques pueden rastrearse hasta el año 2002, y desde entonces se han comprometido sistemas en los Estados Unidos y en territorios aliados de occidente.
Por supuesto, la información no termina allí. Los intentos de Estados Unidos por quitar uranio enriquecido de un reactor de investigación en Pakistán, las sospechas de corrupción en el gobierno afgano, los planes para vaciar la cárcel de Guantánamo, el colapso (esperado) de Corea del Norte, los reportes sobre financiación terrorista, la extraña alianza entre Vladimir Putin y Silvio Berlusconi, los datos perturbadores sobre el golpe de estado en Honduras y la entrega de armas a Hezbollah por parte de Siria son parte del contenido de estos miles de cables. Como era de esperarse, el gobierno estadounidense condenó esta "exposición no autorizada" de documentos no clasificados, aunque lo lógico sería que tengan un mejor candado para esta clase de cosas. En cuanto a Google y China, ya lo imaginábamos… pero nunca está de más que algo se confirme.