White Castle es una mítica cadena de comida rápida oriunda (y exclusiva) de los Estados Unidos. Similar, si se quiere, a McDonalds, pero con muchísimos menos locales y sin cobertura mundial. Lo que la hace tan especial, dicen, es que no necesariamente funcionan como franquicias, sino que todos los locales son propiedad de una sola familia, que exige una calidad consecuente en todos y cada uno de sus locales. Sus hamburguesas (llamadas “sliders”), fueron el objetivo principal (el MacGuffin, bah) de las aventuras de los protagonistas de “Harold & Kumar Go To White Castle“.
“Harold & Kumar Go To White Castle” es una película de fumones, y una muy buena, que posiblemente esté en mi TOP 5 de películas de marihuanos (junto con alguna de “Cheech and Chong”). Es un filme para ver bajo la influencia, dejando la sobriedad para otro día. Su premisa es bien simple: dos amigos fumones, cada uno con sus propios problemas, luego de atragantarse con unos cuantos cigarros de marihuana, deciden ir a “bajonear” a White Castle, la clásica cadena de fast food estadounidense. Al final (¡¡¡SPOILER!!!), y luego de un montón de locas desventuras, los amigos llegan al restaurante. Esto es lo que sucede…
Y ahí estaba yo, igual de loco y hambriento, con la baba colgando por el piso, fascinado por la pinta de esas mini-hamburguesas de White Castle (llamadas sliders). En aquella oportunidad, me tuve que contentar con una hamburguesa de McDonalds, pedida a domicilio, pero juré sobre mi tumba que algún día probaría las hamburguesas de White Castle.
Así que, y ante la imposibilidad de asistir a un White Castle en mi país, pues son exclusivos de EE.UU., decidí buscar la receta por Internet. Mayor fue mi sorpresa cuando descubrí que no era el único obsesionado con estas hamburguesas. Incluso en Estados Unidos la cantidad de locales es sumamente limitada, así que muchísima gente de aquel país ha intentado hackear el particular sabor de los sliders, a partir de degustaciones y mucha prueba y error.
En mi “investigación”, el primer problema encontrado fue que las (decenas y decenas) de recetas consultadas no eran exactamente iguales. Sí muy parecidas, pero nunca iguales. Así que me tomé el trabajo de ver los elementos y las técnicas repetidas de cada receta, de separar la paja del trigo, y de sacar mis propias conclusiones en base a los sabores predominantes. También tuve que adaptar algunos de los ingredientes, como por ejemplo la sopa de cebolla en polvo, que se usa para condimentar la carne. Pero, en definitiva, creo que capté bastante bien el espíritu de estos codiciados sliders.
Y como en mi hogar estas hamburguesas ya son uno de nuestros platos preferidos, y ante la cantidad de información contradictoria en la web, decidí compartir con todos los interesados el proceso. Con ustedes, señoras y señores: la receta de las hamburguesas de White Castle.
RECETA DE HAMBURGUESAS WHITE CASTLE
Ingredientes
- 1kg de carne picada
- 30 gramos de cebolla disecada
- 2 cebollas grandes
- 1/2 caldito de carne
- Pepinillos en vinagre (pickles)
- 12 panes de hamburguesas
- 1/2 taza de leche
- Queso Cheddar en fetas
- Sal y Pimienta a gusto
- 20gr de manteca
- Papel manteca
- Ketchup y mostaza
Procedimiento
- La receta original pide un tipo de sopa de cebolla disecada, que se espolvorea sobre la carne picada para darle saborcito. Como yo no encontré nada que se le pareciera, compré cebolla disecada y la hice polvito, junto con medio caldito de carne, utilizando un mortero. Así que, a menos que consigas sopa de cebolla en polvo, ese es el primer paso de esta receta: pulverizar la cebolla disecada con medio caldito de carne utilizando un mortero. Si no tienes mortero, pica la cebolla junto con el caldito lo más chiquita que puedas.
- Derrite la manteca en un microondas o sobre la cocina.
- Agrega el polvo de cebolla, la manteca derretida, una pizca de sal, una pizca de pimienta y 1/2 taza de leche sobre la carne picada. Mezcla hasta que quede todo bien integrado.
- Cubre una asadera con papel manteca y ve haciendo una especie de “colchón de carne”. Las hamburguesas de White Castle son muy finas. Trata que el colchón no supere los cinco milímetros, más o menos.
- Con un cuchillo afilado, y como se ve en la imagen, corta el “colchón de carne” de manera tal que queden los filetes ya configurados (que deben ser cuadrados, si quieres respetar la receta original). En mi caso, con tres cortes verticales y dos horizontales quedaron doce filetes.
- Luego usa tu dedo (¡lávatelo antes!) para hacerle cuatro agujeritos a cada filete, tal cual se ve en la imagen. Esto permitirá que se cocinen muy rápido y de manera uniforme.
- A continuación, mete la asadera en el freezer de tu heladera durante al menos 30 minutos. Esto se hace para poder separar y manipular los filetes de hamburguesas sin que se deshagan.
- Mientras esperas que se congelen los filetes, pica las cebollas en cubitos pequeños. Y, ya que estás cortando cosas, filetea también los pepinillos.
- Transcurridos unos 30 minutos, saca los filetes del freezer. Si todo ha ido bien, quedarán como los ves en la imagen y se separarán sin problemas. Si tienes problemas para separarlos, déjalos un rato más, no pasa nada.
- Cubre la misma asadera con las cebollas cortadas, de manera tal que quede cubierta casi por completo. Agrega un poco de agua, no mucha.
- Emplaza los filetes de hamburguesas sobre las cebollas y mete toda la preparación en un horno precalentado, a temperatura media, durante diez minutos (más o menos). Mantente vigilante para que no se te pasen.
- La idea es que los filetes se cocinen no solo por el calor del horno, sino también por el vapor del agua. En contacto con las cebollas, el vaporcito no solo cocinará los filetes, sino que también le darán más sabor a cebolla.
- Cuando los filetes estén a punto, pero jugosos (como puedes ver en la foto de arriba), sácalos del horno y pon una o dos fetas de queso cheddar sobre cada uno.
- Corta los panes de hamburguesas y ponlos también en la asadera, para que queden calentitos. ¡Y de vuelta al horno por unos cuatro minutos! (mas o menos)
- Ahora solo te resta armar el sandwich. Pan, filete con queso, un puñado de la cebollita cocida, pepinillos a gusto y pan.
- Si quieres sasonarlo con alguna salsa, algunas de las recetas consultadas indicaban que las originales salen con una mezcla de una medida de ketchup por dos de mostaza.
- ¡Y listo! Como a mi me sobraron algunos filetes para la cantidad de pan que había comprado, algunas salieron “doble carne, doble queso“. Los “sliders” originales solo tienen una, pero qué demonios.
El sabor, como te imaginarás, es bastante diferente al de las hamburguesas que solemos hacer en el hogar. La cebolla se hace sentir, pero solo lo justo, nunca cubre los otros sabores del sandwich, sino que los complementa. Realmente tienen gusto a hamburguesa de “fast food estadounidense“, aunque son mucho mejores que las de McDonalds o Burguer King.
Bueno, eso. Está bueno rascarse donde a uno le pica. Y como a mi me picaba, casi al punto de la obsesión, este asuntito de las hamburguesas imposibles de conseguir, que tanto habían gustado a Harold y Kumar, me puse manos a la obra. Espero que hagas la receta y las disfrutes tanto como yo. ¡Muchas gracias por tu visita!