A mediados de los ’90, la única forma efectiva de ingresar a la creciente y pujante World Wide Web era con un ordenador tradicional y un navegador dedicado. Para la gran mayoría del público, eso significaba absorber conocimientos técnicos y conceptos avanzados que en la práctica funcionaban como un filtro. Eso fue lo que dio lugar al proyecto WebTV, cuyo objetivo era adaptar los recursos de la Web a un dispositivo mucho más familiar como el televisor. «Internet en la sala de estar», con un mando a distancia, y el mundo entero en la pantalla…
No era sencillo. Podrá ser intuitivo para nosotros hoy, pero en verdad no era sencillo. Vamos a pensarlo por un momento: Mediados de los ’90. Windows avanzaba en su conquista mundial. El ordenador personal había comenzado a instalarse en muchos hogares como «lo nuevo» o «el futuro»… y costaba una fortuna. Un sistema de gama media-alta podía demandar 3.000 dólares o más en aquella época, pero «explorar el mundo» desde un PC aún pedía más. Una línea telefónica. Un módem. Un navegador web.
Web. «La Web». «Internet». Palabras y expresiones que se repetían a cada instante en los shows de tecnología. Trabajar en la Web. Jugar en la Web. Comunicarse en la Web. ¡Pedir una pizza en la Web! Promesas inmensas, casi mágicas. Pero el precio a pagar no era sólo económico, sino también técnico.
Los ordenadores resultaban intimidantes, la gente no los conocía. Algunos visionarios lograron detectar ese problema. Uno de ellos era Steve Perlman, mejor recordado por QuickTime y el servicio de streaming OnLive. ¿Cuál fue su solución? Adaptar el acceso Web y su contenido a un entorno más familiar, más directo. En otras palabras… llevar la Web al televisor.
WebTV Networks fue fundada por el propio Perlman, Bruce Leak y Phil Goldman en julio de 1995. Un año después, el dispositivo de acceso comenzó a circular, distribuido por gigantes como Philips y Sony. Pero el hardware era apenas una parte de la ecuación. Todo el contenido de la Web debía cambiar, mutar para ser reproducido en una amplia gama de televisores. En esencia, WebTV necesitaba su propia versión de la Web, desplegada dentro de una caja de arena que en cierto modo estaba en línea con lo que hacía America Online en aquellos años.
A pesar de sus esfuerzos, los resultados iniciales no fueron buenos. La experiencia del usuario era pobre, las páginas tenían una calidad visual muy limitada, los tiempos de carga se convertían en una tortura, e incluso era complicado leer la Web en un televisor CRT. Aún durante las presentaciones públicas, los representantes de la compañía estaban obligados a maniobrar para minimizar el impacto de las dificultades técnicas. Si a eso le sumamos el detalle de que el usuario debía usar el mando a distancia para navegar… creo que podemos imaginar el resto.
Pero el potencial estaba allí. La prensa especializada lo sabía, y otras compañías también… con Microsoft a la cabeza. Menos de ocho meses después de su lanzamiento, el gigante de Redmond colocó 425 millones de dólares sobre la mesa, y absorbió a WebTV Networks. A fines de 1999, WebTV tenía casi un millón de usuarios, y llegó a reclutar estrellas como William Shatner para sus campañas publicitarias.
Sin embargo, la Web no se quedaba quieta. Era un blanco en movimiento, que incorporaba nuevas tecnologías a cada paso. WebTV, en su estructura rígida y propietaria, se descubrió a sí misma incapaz de competir. La respuesta de Microsoft fue una transformación general. WebTV se convirtió en MSN TV, y entregó el hardware sin cargo a los suscriptores de la red MSN para que no abandonen el servicio. La primera y única actualización mayor llegó en 2004 (MSN TV 2), con un perfil más cercano a la Xbox original, y la incorporación de Internet Explorer.
No fue suficiente. WebTV contaba con una base de usuarios bastante leal, pero toda la plataforma subía por la escalera, mientras la Web tomaba el elevador. En septiembre de 2013, Microsoft le bajó definitivamente el pulgar a MSN TV, con un pequeño detalle: Buena parte de la visión de WebTV y de lo aprendido durante su existencia, encontró un lugar de privilegio en las consolas Xbox. Muchos miembros del equipo WebTV participaron en el desarrollo de la Xbox 360, y si lo analizamos por un instante, todavía queda algo de WebTV en la Xbox One.
En sus 17 años de existencia, WebTV también vivió algunos momentos muy raros. Por ejemplo, su sistema de cifrado era tan fuerte, que el gobierno de los Estados Unidos llegó a considerarlo «munición» (lo mismo le sucedió a PGP), bloqueando su exportación inicial.
Y en 2002, un tal David Jeansonne creó el primer virus para WebTV, que cambiaba el número oficial del servicio a «911». El virus afectó a menos de una docena de personas, pero la justicia fue particularmente dura con Jeansonne: Seis meses de prisión efectiva, seis meses de arresto domiciliario como parte de una supervisión por dos años, y más de 27 mil dólares en multas.
WebTV desapareció, pero desde cierto punto de vista, aún sigue entre nosotros. Independizar a la Web del ordenador de escritorio no era una mala idea, aunque el destino final de esa visión no fue la sala de estar, sino nuestros bolsillos, a través de los dispositivos móviles, y muchas, muchas apps.
(De nuestros archivos, publicada originalmente en enero de 2020. Muchos consideran a la televisión misma como obsoleta en estos días, pero las alternativas no son tan buenas que digamos…)
Fuente: Vice