El profesor Subrata Roy, de la Universidad de Florida, ha diseñado un platillo volante. Se trata de un vehiculo sin partes móviles, que puede “levitar” y realizar despegues de forma vertical, todo esto sin hélices, motores o turbinas. Roy ha bautizado a su invento WEAV, y busca obtener una patente por el concepto.
Hemos visto inventos similares, pero en todos los casos se ha tratado de vehículos con forma de OVNI, que emplean una o más hélices o turbinas para impulsarse. Y la mayoría de ellos no aporta nada nuevo (salvo su aspecto) respecto de un avión o helicóptero convencional. Sin embargo, Subrata Roy parece haber encontrado un sistema de propulsión realmente diferente.
Utilizando su experiencia en sus estudios sobre el plasma, Roy, que se desempeña como profesor asociado de ingeniería mecánica y aeroespacial de la Universidad de Florida, desarrolló una nave que no contiene partes móviles tales como motores o hélices. En su lugar, una serie de electrodos posicionados sobre la superficie de la nave ionizan el aire, generando plasma.
El plasma, un estado de la materia diferente a los tres “tradicionales”, se caracteriza por la abundancia de portadores de carga eléctrica libres, ya que los átomos se encuentran al menos parcialmente ionizados. El plasma es conductivo, y reacciona fuertemente a los campos eléctricos y magnéticos. Subrata Roy envía corrientes eléctricas a través del plasma para elevar la nave.
El vehiculo ha recibido el nombre de WEAV, por “Wingless Electromagnetic Air Vehicle” (vehiculo aéreo electromagnético sin alas), y por ahora es solo un proyecto. Roy dice que “si funciona, tendremos una nave, un platillo volante y un helicóptero en un solo aparato.” El profesor ya imagina su nave volando por la atmósfera de la Tierra en un futuro cercano. Más adelante, podría ser el tipo de nave elegida para volar en otros mundos, como la luna Titán, de Saturno.
El prototipo, que solo medirá de 15 centímetros de diámetro, será los suficientemente eficiente y potente como para ser impulsado por baterías transportadas abordo. El científico sostiene que el diseño puede ampliarse sin dificultad, y que, aún en miniatura, el prototipo podría tener múltiples usos.
Entre las aplicaciones inmediatas, Subrata Roy destaca las más obvias: funciones de vigilancia y navegación. El vehiculo puede transportar una cámara y una luz, y ser operado en forma remota desde grandes distancias. Seria como tener el ojo del Gran Hermano volando silenciosamente sobre uno.
El vehículo se impulsa gracias a un fenómeno conocido como “magnetohidrodinámica”. Se trata de a fuerza que aparece cuando un campo magnético atraviesa un fluido conductor. En el caso del WEAV, el plasma creado por los electrodos, que cubren cada una de las superficies del vehículo y ionizan el aire, que lo rodea, constituyen el fluido conductor.
La fuerza creada al pasar una corriente eléctrica a través del plasma desplaza el aire de los alrededores, creando una fuerza de sustentación. La forma de “platillo invertido” que posee el WEAV ayuda a proporcionar una superficie de contacto grande entre el aire y el vehículo.
Lo más interesante de este concepto es la ausencia de ejes, rotores, pistones o cualquier otro tipo de parte móvil sujeta a desgaste. El uso de la magnetohidrodinámica como “motor” haría del WEAV un vehiculo extremadamente confiable. La fuerza proporcionada por el sistema de propulsión le permite sustentarse, inmóvil, en el aire o despegar verticalmente.
También hay que mencionar que, aunque el diseño es muy prometedor, hasta ahora nunca ha volado sobre nuestro planeta un vehiculo aéreo impulsado por plasma. Si lo han hecho en el espacio, donde la fuerza de la gravedad y la resistencia del aire son prácticamente inexistentes. Para volar en la atmósfera terrestre, el WEAV deberá ser realmente poderoso.
Respecto del tema de las baterías, deberán ser livianas y muy eficientes a la vez, para no cargar con un “peso muerto” que reste eficiencia a la hora de transportar una carga útil. Y seguramente habrá que pensar en algún tipo medio para que la tripulación (o la propia nave, si es autónoma) se comunique con la base en tierra, ya que el mismo plasma que permitirá al aparato volar interferirá con las ondas electromagnéticas necesarias para la comunicación por radio.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos y la NASA ya han expresado su interés en este aparato, y la universidad está buscando obtener una licencia para el diseño. “Se trata des un concepto totalmente novedoso, y si tiene éxito, será revolucionario” dijo Roy.