Construir casas y edificios usando impresoras 3D gigantes no tiene nada de absurdo. Durante los últimos años hemos visto iniciativas personales y profesionales, que buscan revolucionar la industria de la construcción aplicando mecanismos más veloces y económicos. Durante la Maker Faire que se llevó a cabo en Roma a principios de este mes, la gente de WASP presentó una impresora 3D para fabricar casas en zonas rurales, a base de barro.
Sin duda alguna, uno de los materiales más antiguos que se ha utilizado (y aún se utiliza) para construir, es el adobe. Desde un punto de vista técnico, el adobe no es otra cosa más que la combinación de barro (léase lodo), arena, agua, y algún componente fibroso como la paja, encapsulada en forma de ladrillo. A través de los siglos el ser humano ha creado toda clase de estructuras con barro, desde refugios sencillos hasta ciudades enteras. La disponibilidad de materiales modernos de construcción hace que el barro no parezca ser una alternativa tan buscada, pero esa sensación desaparece a medida que nos desplazamos a zonas de difícil acceso, o en donde los materiales tradicionales resultan ser prohibitivos en cuanto a su costo. Si consideramos este factor, cualquier traslado de equipo podría ser muy complicado, pero si la gente de WASP se sale con la suya, todo lo que habría que mover sería una impresora 3D.
En la última Maker Faire de Roma, el CEO de WASP Massimo Moretti presentó un prototipo de impresora 3D que utiliza como “filamento” una mezcla especial de barro y material fibroso. Cuando digo “mezcla especial” me refiero que la impresora requiere una alimentación constante de un barro lo suficientemente líquido y libre de restos como para que no afecte negativamente el funcionamiento de su extrusor. De hecho, Moretti explica que el desarrollo del extrusor ha sido un desafío considerable, y a medida que se fabriquen nuevas variantes, la impresora 3D podrá aplicar otras mezclas. Por ahora, el prototipo tiene una altura de seis metros, y puede imprimir estructuras de dos metros de ancho por tres de alto. Moretti agregó que es muy fácil de trasladar, y sólo necesita el esfuerzo de dos personas para su ensamblaje.
WASP ha financiado la investigación y el desarrollo de esta impresora 3D gracias a los ingresos obtenidos con sus modelos de impresoras destinados al consumo general, que no solamente trabajan con plástico, sino también con cerámica. El siguiente paso es encontrar un lugar que permita llevar a cabo una prueba de concepto más contundente. Moretti ha dicho que ese lugar podría ser la isla de Cerdeña, el año entrante.