Todo Mundial de Fútbol necesita tener un puntapié inicial, pero en el torneo que se llevará a cabo este año en Brasil, dicho puntapié no estará a cargo de famosos o políticos, sino que probablemente sea responsabilidad de un adolescente paraplégico equipado con el exoesqueleto del proyecto Walk Again, controlado por el usuario con su propia mente.
Superestrellas futbolísticas de todo el mundo se medirán en territorio brasileño a partir del próximo 12 de junio. La selección española, defensora del título, tendrá un desafío más que interesante al enfrentarse con Holanda (a quien derrotó en la final de Sudáfrica), Australia y Chile. Tal y como sucede desde la Copa del Mundo de 2006 en Alemania, el país organizador tiene el privilegio del primer partido, y en este caso, la selección de Brasil jugará contra Croacia, en el estadio Arena de São Paulo. Imaginamos una ceremonia de apertura a la altura de las circunstancias, con múltiples ejemplos de la colorida y atractiva cultura local, pero también estará el puntapié inicial.
En teoría, el puntapié no lo dará ningún presidente, empresario, modelo o artista. La gente responsable del proyecto Walk Again habla de un joven local (o por qué no “una” joven), parapléjico, que tendrá la asistencia de un exoesqueleto controlado con la mente. Uno de los nombres que aparecen en la lista del proyecto es el de Miguel Nicolelis, una referencia mundial en el campo de la neurociencia. El exoesqueleto sirve como soporte para la parte inferior del cuerpo, mientras que una red de electrodos sobre el cuero cabelludo transmite las órdenes del cerebro a un ordenador, que a su vez las convierte en un verdadero puntapié. Uno de los planes a futuro que tiene el equipo es desarrollar un sistema de “feedback”, de modo tal que el usuario pueda sentir cuando da una patada, o cuando existe un cambio brusco de temperatura.
Aún no hay imágenes específicas sobre el exoesqueleto en acción. De hecho, un grupo pequeño de pacientes se encuentra en estos momentos entrenando en Brasil con un exoesqueleto virtual, antes de colocarse la versión real y comenzar a transmitir instrucciones con sus mentes. En lo personal, espero que esto suceda. El mundo necesita un ejemplo claro y directo sobre los beneficios que la ciencia puede aportar a la hora de restaurar la capacidad de desplazamiento de las personas. Con suficiente desarrollo y compromiso económico, erradicar a la silla de ruedas es posible, ¿y qué mejor lugar que el primer partido del Mundial de Fútbol, con los ojos de medio planeta mirando, para demostrarlo?
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