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Wakamaru

Wakamaru es un robot diseñado para el hogar por Mitsubishi Heavy Industries, Ltd., que se desempeña perfectamente como asistente personal autónomo. Capaz de participar en las tareas domesticas diarias, se basa en un sistema Linux multiprocesador.Desde hace tiempo vemos noticias relacionadas con la robótica que nos dan la sensación de que en poco tiempo tendremos uno en casa ayudándonos con las tareas más repetitivas y aburridas. Pero el tiempo pasa, y los robots que vemos en exposiciones o en internet se parecen mas a un juguete que a un producto terminado y con utilidad practica real. Asimo, el robot bípedo de Honda, tiene unas capacidades espectaculares de desplazamiento y reconocimiento del terreno y humanos, pero su costo no permite que sea lanzado al público en general (ver nota en NeoTeo).
Wakamaru, cuyo desarrollo comenzó Mitsubishi hace ya unos 5 años y que a fines del 2005 tímidamente comenzó a comercializar puede ser lo que estábamos esperando. Sin llegar a ser un robot tan complejo como Asimo, resuelve muchas de las tareas del hogar, y puede resultar un excelente compañero de juegos para los niños, a un costo muy razonable.
Responde al nombre de Wakamaru, en honor a un joven guerrero japonés.

Al contrario de lo que ha sucedido con otros proyectos, como el que mencionábamos de Honda, cuyo objetivo básico es perfeccionar el desplazamiento sobre dos piernas, o los conocidos robots de Sony, que son básicamente un juguete (muy elaborado, pero juguete al fin), Wakamaru ha sido diseñado para ser de ayuda real en el hogar.
Es muy correcto y servicial, y a primera vista tiene un aspecto que nos recuerda a los muñequitos Playmovil. Dotado de dos cámaras en la parte superior, en la que se encuentra su “cabeza”, el software que lo controla es capaz de identificar a sus dos propietarios y otras ocho personas más. Sus capacidades de reconocimiento no se limitan a los rostros, ya que mediante los micrófonos que incorpora puede reaccionar frente a las casi 10.000 palabras que es capaz de reconocer, y en algunos contextos es capaz de sostener conversaciones básicas. Incluso, según el fabricante, es capaz de detectar el estado de ánimo de su interlocutor, dando apoyo a sus dueños cuando éstos se encuentran tristes.
Entres sus posibilidades se cuentan las labores de “secretaria”, ya que es capaz de memorizar la agenda de su propietario, y cuando corresponda informarle de sus citas. También se puede comportar como una especie de vigilante del hogar, haciendo las veces de una sofisticada alarma que puede avisar cuando entran ladrones al domicilio de su dueño.
Dado que su corazón (quizás deberíamos decir “cerebro”) esta basado en un sistema Linux, es posible dar a Wakamaru instrucciones para que se conecte a Internet y nos busque determinada información, como noticias o partes meteorológicos.

En el aspecto físico, Wakamaru es un robot sencillo. Con el fin de hacerlo estable y no invertir una fortuna en un par de piernas como las de Asimo, se lo ha dotado de una plataforma que se desplaza sobre ruedas. El sistema es muy sencillo y eficiente, y permite que se desplace son seguridad por el interior del hogar (supongo que hasta que se tope con una escalera). Sus motores le permiten una velocidad crucero de 1 Km. /hora como máximo, que si bien no parece gran cosa, es perfectamente adecuada para ir de una habitación a otra.
Tiene una altura aproximada de un metro, lo que permite a un niño tener la cara del robot a la altura de sus ojos. Su diámetro es de unos 45 centímetros en la base, y dispone en el centro de su pecho de un altavoz que hace las veces de “boca”, ya que es el sistema que utiliza Wakamaru para comunicarse con sus dueños, mediante un sintetizador de voz que puede adoptar el tono de una voz femenina o masculina. El peso total del robot ronda los 30 kilogramos, que unido a la forma física elegida (recuerda a un cono asentado sobre su base) lo hace muy estable, y es muy difícil que un niño logre volcarlo o tirárselo encima.
Es capaz de gesticular mediante las “manos” que dispone en el extremo de sus dos brazos. Cada brazo dispone de 4 articulaciones, o “grados de libertad”, articulados a la altura del hombro, los codos y la muñeca. Estas manos no son articuladas, por lo que la capacidad de asir y manipular objetos de su entorno se encuentra muy limitada. Todos los movimientos de las articulaciones son realizados internamente mediante servomecanismos de corriente continua, muy similares a los que comúnmente se utilizan en aeromodelismo.
La energía necesaria para su funcionamiento la obtiene de un juego de baterías, responsables además de gran parte de su peso. Estas le permiten dos horas de movimientos continuos, y se recarga en un punto fijo.
El costo del robot en el mercado japonés equivale a unos 10.000 dólares estadounidenses.

La “mente” de Wakamaru no es más que un software, que se ejecuta sobre un sistema de múltiples microprocesadores, realizando una verdadera multitarea. El sistema operativo encargado de coordinar todos sus recursos no es otro que Linux.
Quizás las dos características que mas llaman la atención al toparse por primera vez con Wakamaru son su voz, y la posibilidad de alterar su tono como para que suene como un hombre o una mujer, para mantener conversaciones que a veces sorprenden por su precisión. La función de reconocimiento de voz, que le permiten discriminar las palabras de su interlocutor y utilizarlas como disparadores para realizar diversas tareas o brindar algunas respuestas también esta muy bien lograda.
La otra función sorprendente es el reconocimiento de rostros. El software es lo suficientemente inteligente como para discriminar hasta 10 rostros distintos y comportarse de la manera correcta ante cada uno de ellos. Además, las articulaciones de su cuello permiten que su “mirada” siga el rostro del interlocutor a lo largo de una conversación.
Otras funciones implementadas en Wakamaru son la posibilidad de utilizar un acceso a internet para recabar información que pueda ser de utilidad para sus dueños, tales como noticias, datos meteorológicos o información en general que puede ayudar con las tareas del colegio. La posibilidad de utilizar a Wakamaru como una sofisticada agenda de citas seguramente también será bienvenida en muchos hogares. Cuenta también con la posibilidad de enviar mails o SMS ante intrusiones registradas en la casa donde vive. Si no ha tenido contacto visual o táctil con el usuario en los horarios habituales, el software puede ser configurado para que realice llamadas a números de teléfono determinados, lo que puede ser muy útil frente a emergencias médicas.
Resulta evidente que el enfoque buscado en el desarrollo de Wakamaru tiene el foco puesto en la practicidad, en la ayuda que puede aportar un robot dentro de un hogar. Esto lo diferencia (y a mi entender lo pone por encima) de proyectos como Aibo (sony) que si bien son sorprendentes en sus caracteristicas, su funcion es mas la de una mascota que la de un ayudante. Realmente, seria muy gratificante ver a Wakamaru y a otros como el todos los hogares, dentro de no demasiado tiempo.

Escrito por Ariel Palazzesi

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