A la hora de recurrir a un sistema de virtualización, existen opciones gratuitas como VirtualBox que cumplen a la perfección con las demandas de un usuario promedio. Pero a la hora de utilizar entornos virtualizados a nivel comercial, nadie discute el liderazgo de VMware. Esta empresa ha dado un gran paso a través de vSphere, un sistema de virtualización para empresas capaz de transformar todos los recursos de una infraestructura en una o varias nubes privadas, agilizando su administración y reduciendo costos de forma radical.
El nuevo sistema de VMware permitirá a las empresas convertir todos sus centros de datos en una nube virtual, y ejecutar en su interior diferentes tipos de aplicaciones y servicios bajo un entorno unificado y controlado. Combinar el potencial de la virtualización con el de la computación en nube puede generar varios efectos positivos, pero el que más se destaca entre todos es el de la reducción de gastos de operación. Haciendo que la infraestructura existente opere bajo un entorno virtualizado, se pueden evitar gastos adicionales en hardware y en necesidades elementales de funcionamiento, como la energía eléctrica.
VMware tiene que luchar con el escepticismo que las empresas demuestran ante los entornos virtualizados, pero espera demostrar con vSphere que estos entornos pueden estar a la altura de cualquier circunstancia, ejecutando cualquier aplicación o servicio que sea necesario, sin importar el tamaño de la empresa o la actividad a la que se dedique. Claro que para lograr esto, VMware cuenta con el apoyo de varios gigantes de la industria, como Cisco, Intel, EMC (quienes compraron Iomega el año pasado), AMD, Dell y otros.
A nivel técnico, vSphere promete ser como mínimo, impresionante. Hasta 32 servidores físicos, 2048 núcleos de procesamiento y 32 terabytes de RAM como máximo podrán ser controlados por vSphere, que estará disponible en varias versiones (seis en total), según las necesidades del consumidor. El que pueda controlar tanto hardware y al mismo tiempo planee entregar un alto nivel de eficiencia representa un problema para los grandes vendedores de servidores. VMware parece estar consciente de esto, y decidió arrojar un pequeño dardo venenoso. En la presentación oficial de vSphere, la gente de VMware colocó en el escenario varios servidores, incluyendo a un servidor SPARC de Sun Microsystems. Este servidor tenía un papel pegado con la palabra "IBM" escrita, la cual a su vez había sido tachada y reemplazada por "Oracle", una graciosa y algo ácida mención a la reciente adquisición.
Con una demanda creciente de aplicaciones más robustas y necesitadas de recursos, vSphere parece ser la solucion indicada en una época en donde la palabra "ahorro" se ha convertido en ley absoluta. Claro que vSphere tendrá un costo significativo, con €770 por la versión más pequeña llamada "Essentials" y más de €2700 por la versión mayor "Enterprise Plus", pero si un gasto de ese nivel luego representa un ahorro de miles de euros adicionales en materia de hardware y costos operativos, serán pocos los que lo piensen dos veces.