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Vought XF5U, la “torta voladora” (1947)

Si hablamos de aviones extraños, es imposible no mencionar al Vought XF5U, un aparato desarrollado en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Si bien un modelo a escala demostró que este concepto era viable y que tendría unas prestaciones teóricas similares a los jets de la época, las autoridades de ese país cancelaron el proyecto. A pesar de no haber volado nunca, el Vought XF5U o “Flying Pancake(torta voladora) merece un sitio en la historia de la aviación.

Los ingenieros aeronáuticos -sobre todo durante los grandes conflictos bélicos– han intentando encontrar la forma de mejorar el básico diseño que utilizan casi todos los aviones. Si bien el esquema “fuselaje-alas-cola” funciona, y muy bien, la industria siempre se ha esforzado en la búsqueda de algún diseño revolucionario que suponga una ventaja estratégica, una mejora en el rendimiento o un menor consumo de combustible.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Marina estadounidense trabajó en el diseño de un modelo de avión muy poco ortodoxo, en el que la superficie de sustentación -una tarea que básicamente está a cargo de las alas- era el propio fuselaje. El encargado del diseño fue Charles H. Zimmerman, y el avión se conoció oficialmente como  Vought XF5UFlying Flapjack“, aunque no pocos se referían a él -inspirados en su extraña apariencia- como “Flying Pancake” (crêpe voladora).

VOUGHT-ZIMMERMAN XF5U “Flying Flapjack”

El cuerpo de este avión tenía forma de un disco aplanado, y servía como fuente de sustentación. Mientras que en un avión “convencional”  las alas son las encargadas de “sostenerlo” en el aire (gracias a las diferencias de presiones que se originan cuando pasa por encima y por debajo de ellas), en el Vought XF5U era el fuselaje el que se encargaba de esta función. El diseño se basaba en un prototipo anterior, el V-173, aunque la “torta voladora” era bastante más grande y una cinco veces más pesada. Estaba construido totalmente en metal, y obtenía el impulso de dos motores radiales Pratt & Whitney R-2000 de 1.600 hp (1.193 kW) cada uno.

V-173

A simple vista, parece que el XF5U jamás podría despegar del suelo, dado que no se ven sus alas. Pero si bien es cierto que los diseñadores de aeronaves utilizan alas alargadas por motivos aerodinámicos -las alas con una relación de aspecto entre el largo y el ancho pequeña tienen rendimientos muy pobres debido a los vórtices que se crean en los anchos extremos, originando resistencia al avance-, el modelo a escala que se construyó demostró que el “Flying Pancake” era capaz de volar. ¡Y muy bien!

A pesar de no tener alas largas y estrechas, el XF5U evitaba el problema de los vórtices cancelándolos con sus hélices. En efecto, las hélices giraban en la dirección opuesta a los vórtices generados por su fuselaje aplanado, conservando una alta presión de aire debajo del avión. Esto le permitía, aún contando con una relativamente pequeña superficie de sustentación, poseer una gran maniobrabilidad y resistencia estructural.

El diseño se basaba en un prototipo anterior, el V-173.

Las hélices podían mover sus palas de la misma forma que lo hace un helicóptero en su rotor principal, variando su ángulo para ayudar a la aeronaves durante las maniobras. El asiento del piloto contaba con un sistema de eyección, especialmente ajustado para permitir que evitara chocar contra las hélices en caso de tener que abandonar el avión durante una emergencia.

El único XF5U que se construyó tenía instalada una ametralladora y cañones debajo de su nariz. Para muchos, el Vought XF5U fue una de las decepciones aeronáuticas más grandes que se conocen. A pesar de contar con el respaldo de la Marina, su diseño tan extraño (y revolucionario) hizo que las autoridades estadounidenses dejasen de apoyarlo. Zimmerman tuvo que conformarse con las pruebas realizadas sobre el modelo a escala, dotado de motores más pequeños.

Modelo a escala.

La historia ha demostrado que muchas veces esos diseños radicales son efectivos. Al mirar un F-117, por ejemplo, también parece un cacharro falto de aerodinámica y poco efectivo. Pero vuela. Las alas volantes de Northrop, que en su momento fueron descartadas por los mismos motivos que el XF5U, han sido reivindicadas en el bombardero furtivo B-2. Es posible que si el encargado de manejar el dinero destinado a estos proyectos hubiese tenido una mentalidad más abierta, el “Flying Flapjack” hubiese llegado a las cadenas de montaje. ¿No crees?

Escrito por Ariel Palazzesi

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