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Visión artificial en cámaras antimotines

Los sistemas de visión artificial podrían utilizarse para reemplazar o ayudar a los guardias de las prisiones. Esta rama de la Inteligencia Artificial ha avanzado lenta pero sostenidamente en los últimos años, permitiendo a los ordenadores dotados de una o más cámaras de vídeo no solo determinar la identidad de una persona sino parámetros como su ritmo cardíaco o patrones de comportamiento. Los expertos creen que este tipo de software podría evitar las peleas o motines, anticipándose a los hechos a partir de las imágenes de vídeo.

El trabajo de los guardias de las prisiones de alta seguridad seguramente no es fácil. La amenaza de un motín o de alguna pelea que pueda terminar con reclusos heridos o muertos siempre está presente, y a menudo resulta difícil detectar estas amenazas antes de que los disturbios comiencen. Sin embargo, estos trabajadores podrían ser auxiliados en sus tareas –o directamente remplazados– por un grupo de cámaras de vídeo monitorizadas por un sistema de visión artificial. Experimentos recientes han demostrado que los más nuevos sistemas de visión por ordenador pueden analizar las imágenes proporcionadas por cámaras instaladas en los patios de la cárcel, reconociendo rostros, gestos, y descubriendo comportamientos hostiles. El sistema puede avisar a los guardias bastante antes de que estos indicios puedan ser detectados por un humano.

La visión artificial no es una tecnología nueva. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco que los sistemas disponibles han permitido soñar con algo como esto. La tecnología parece estar lo suficientemente madura como para construir equipos capaces de observar no solo cárceles, sino también instituciones como hospitales y escuelas o la misma vía pública. Los nuevos sistemas de visión artificial pueden “leer” el rostro de una persona para determinar su ritmo cardíaco, registrar determinadas respuestas emocionales cuando se encuentra frente a un producto, o reconocer algunos patrones de comportamiento. Además, esta herramienta puede ser de mucha utilidad para el futuro de la robótica. DARPA, la agencia del gobierno estadounidense que se encarga de los desarrollos tecnológicos relacionados con la seguridad y la lucha contra el terrorismo, ha puesto en marcha un programa llamado Mind’s Eye, que busca desarrollar máquinas capaces de analizar los datos recogidos por las cámaras de seguridad y transmitirlos a otros equipos o seres humanos, o incluso tomar decisiones basándose en lo que han “visto”. Kinect, el sistema que Microsoft desarrolló para la Xbox 360, que permite a la máquina interpretar lo que está “viendo”, podría ser la tecnología que primero se utilice como una herramienta de marketing analizando a los consumidores y midiendo sus respuestas

Las implicaciones de este tipo de tecnología son enormes. Mientras que un observador humano puede ser distraído, perezoso, o sentirse abrumado frente a lo que está viendo, los observadores robóticos  pueden permanecer siempre alertas y acceder automáticamente a enormes bases de datos con información útil para analizar lo que están registrando. Si se dotase de esta tecnología a los sistemas de cámaras de vigilancia utilizadas masivamente en algunas ciudades -sobre todo en el Reino Unido- se podría localizar y rastrear a un niño perdido o encontrar a un malvado sospechoso, a la vez que se analizan los patrones del tráfico o recogen datos  meteorológicos. Pero no todo es color de rosa. En primer lugar, aunque el hardware ya está lo suficientemente maduro como para permitir todas estas aplicaciones, el software necesario todavía se encuentra en una fase experimental. La Fuerza Aérea de los EE.UU., por ejemplo, posee un sistema de nueve cámaras llamado Gorgon Stare que, instalado sobre un vehículo aéreo no tripulado (UAV, por Unmanned Aerial Vehicle), permite registrar con todo detalle las personas que se encuentran dentro de su alcance, pero el software que posee aún no está lo suficientemente desarrollado como para poder actuar sin apoyo humano.

Pero seguramente esta brecha que existe entre el hardware y el  software desaparecerá en los próximos años. El mayor obstáculo que enfrentarán quienes quieran implementar estos sistemas de visión artificial inteligente -sobre todo fuera del ámbito de las prisiones- estarán relacionados con la invasión a la privacidad  será el mayor obstáculo para su implementación. Mientras que los sistemas que controlan los patios de las cárceles intentando evitar peleas o dentro de un hospital como una ayuda a sus trabajadores serán aprobados sin demasiado alboroto, los intentos de reconocer la identidad de los ciudadanos que circulan por una calle o por las salas de espera de un aeropuerto serán bastante más duros de aceptar. ¿No te parece?

Escrito por Ariel Palazzesi

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