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VirtuaWin: Escritorios virtuales en Windows

El concepto de escritorio en las plataformas Windows existe casi desde que tenemos memoria, y aunque ha variado con el paso del tiempo, en esencia sigue siendo el mismo escritorio de siempre. Sin embargo, muchas de las distros de Linux incorporaron un concepto muy interesante: Los escritorios virtuales. Con esta pequeña herramienta, podrás lograr el mismo efecto bajo Windows, siempre y cuando te tomes el tiempo de configurarla.

Si alguna vez has probado una distro de Linux, probablemente hayas visto y sentido curiosidad por un icono en la barra de tareas, un cuadrado con los números "1,2,3,4". Las distros que tienen dicho icono pueden controlar más de un escritorio, extendiendo las capacidades del usuario para administrar y organizar mejor sus datos. Si el usuario no tiene el cuidado suficiente, puede llenar rápidamente un escritorio promedio de Windows, al igual que una barra de inicio repleta de programas minimizados.

Aunque lo ideal sería tener las cosas un poco más ordenadas, existe una alternativa para obtener más espacio de escritorio sin tener que salir corriendo a buscar un monitor para conectarlo como extensión. Esta alternativa se llama VirtuaWin. La aplicación tiene un instalador de apenas 384 KB, tomando luego menos de un megabyte de disco cuando es instalada. Puede ser configurada para iniciarse junto a Windows si lo deseas, lo que probablemente sea lo más recomendado. El programa en sí es bastante sencillo de usar. Gracias a una combinación de teclas puedes saltar de un escritorio a otro, hasta un total de nueve escritorios. Por defecto verás configurados cuatro. Existe la posibilidad de activar algunas funciones de cambio utilizando el ratón, pero nos resultaron un poco incómodas (la más útil de todas fue utilizar el clic del botón central para intercambiar escritorios). Utilizar el teclado para cambiar escritorios es muy similar a utilizar el Alt+Tab, solo que deberás configurar tu combinación de teclas preferida para lograr este efecto.

Lamentablemente, gran parte de la sencillez del programa se pierde cuando te introduces al menú de opciones. Deberás devorarte el archivo de ayuda para comprender cada una de las funciones, que se dividen a través de seis pestañas. De más está decirlo, el dominio del idioma inglés es excluyente, ya que el programa sólo soporta dicho idioma. Para complicar un poco más las cosas, el programa se puede expandir gracias a la utilización de módulos. Si bien esto es bueno, la configuración de los mismos puede llegar a exceder la paciencia del usuario promedio. Incluso algunos de estos módulos son indispensables. Uno de ellos es el llamado VWDesktopIcons, que te permitirá escoger qué iconos deben aparecer en cada escritorio. Esperábamos que una función así viniera por defecto en el programa, pero no ha sido el caso.

En la página oficial existen reportes de algunos programas teniendo problemas a la hora de cambiar de escritorio (siguen estando allí a pesar del cambio). En general no tuvimos ninguno, salvo cuando maximizamos Firefox y quisimos cambiar de escritorio usando el clic del botón central. En nuestro caso, el botón central es la rueda, lo cual en vez de cambiar de escritorio, activaba el sistema de scroll alternativo de Firefox. Por suerte, el impacto en el rendimiento del ordenador al cargar VirtuaWin fue prácticamente nulo. Durante nuestro uso, apenas se llevó poco más de 8 MB de RAM.

En conclusión, VirtuaWin puede llegar a serte una herramienta muy útil, siempre y cuando puedas tomarte la molestia de configurarla a tus necesidades. Tal vez debas agregar algunos módulos para aumentar su eficacia, pero en general, su tarea de proveer escritorios adicionales a Windows, es aceptable. ¡Buena suerte!

Escrito por Lisandro Pardo

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