Hace muy poco hemos hablado sobre los beneficios de la virtualización, y sobre uno de sus mayores exponentes en la actualidad: VMWare Workstation. Más allá de su excelente rendimiento, VMWare tiene un punto en contra muy fuerte que no todos los usuarios pueden superar, y es su precio. No cualquiera puede pagar €159 para virtualizar un sistema operativo, por lo que deben considerarse otras alternativas, en lo posible gratuitas. ¿Cuál es la mejor que hemos encontrado? Sin lugar a dudas, VirtualBox.
De la mano de Sun
Originalmente, VirtualBox fue creado por una empresa llamada Innotek, la cual estuvo involucrada en grandes proyectos de virtualización como son Microsoft Virtual PC y Microsoft Virtual Server. Pero en febrero de este año, Innotek fue comprada por el gigante Sun Microsystems (responsable de Java y OpenOffice). Aún así, VirtualBox no se ha visto afectado en cuanto a su disponibilidad o su distribución. La versión principal del programa sigue siendo gratis para uso personal y para uso comercial por individuos dentro de una empresa. Al mismo tiempo, existe una versión de código abierto distribuida bajo la versión 2 del GNU GPL. Quienes necesiten el código fuente del programa, pueden descargarlo.
La última versión disponible es la 2.1.0, lanzada apenas catorce días atrás, el 17 de diciembre. Lo primero que sorprende de VirtualBox es el tamaño de su instalador en comparación con otros programas similares. 38.5 MB clavados son todo lo que requiere el instalador en formato de Windows Installer, mientras que una vez instalado se lleva poco más de 67 MB. La versión 6.5 de VMWare Workstation excede con comodidad el gigabyte de espacio en disco requerido. La instalación de VirtualBox transcurrió sin ningún problema, aún cuando instaló ciertos dispositivos virtuales necesarios para el correcto funcionamiento del programa. Esperábamos que Vista nos arrojara maldiciones por ello, pero sólo recibimos un aviso de instalación, que confirmamos sin dudar.
El único requisito a nivel de usuario que solicita VirtualBox es un registro con un nombre y una dirección de correo. Aún así, puedes escoger no ser contactado si así lo deseas. El entorno general del programa es muy amigable, y crear una máquina virtual es más sencillo de lo que esperábamos en un principio. Un asistente te guiará paso a paso preguntándote qué sistema operativo deseas instalar, qué clase de disco virtual crearás para el mismo y dónde lo guardarás. Podrás hacer ajustes posteriores a la configuración de hardware, añadiendo más componentes o configurando los ya existentes. Si tienes un procesador con capacidad de virtualización por hardware, como el Intel VT o el AMD-V, podrás activar esta función y aumentar el rendimiento del sistema virtualizado.
VirtualBox también cuenta con soporte para unidades SATA virtuales. Activar este soporte depende mucho del sistema operativo que vayas a instalar y/o de las ganas que tengas de andar cazando controladores para activar dicho soporte. Sistemas operativos más modernos como Windows Vista tienen una amplia base de datos de controladores SATA, pero en el caso de Windows XP deberás descargar el controlador de la página del fabricante, colocarlo en un disquete (o en una imagen virtual de uno) y pulsar F6 durante la fase preliminar de instalación para cargar el controlador manualmente. De lo contrario, encontrarás que el instalador de Windows XP es incapaz de encontrar el disco duro virtual. En este aspecto, VirtualBox está un paso por detrás de VMWare. Mientras VMWare indica qué controladores deben descargarse para habilitar soporte SATA en sistemas operativos anteriores a Vista, la sección de ayuda de VirtualBox recomienda no usar SATA hasta que salga de su fase experimental. De todas formas, el modo IDE de VirtualBox funcionó de maravillas.
Instalando un sistema
Para la prueba de instalación del sistema operativo decidimos complicarle un poco la vida: En vez de recurrir a Windows XP, decidimos instalar Windows Fundamentals para ver cómo reaccionaba frente a un sistema operativo que no está en su lista oficial de soporte. Fue agradable ver que la instalación se llevó a cabo sin inconvenientes, y que el paquete de controladores de VirtualBox llamado "Guest Additions" se instaló sin problemas en este poco ortodoxo Windows. Lo único que debimos ajustar un poco fue la tarjeta de red virtual. Le indicamos que utilizara una tarjeta virtualizada Intel, pero encontramos que no había sido configurada por Windows. Cambiarla por una de AMD solucionó el problema de inmediato.
El rendimiento del sistema virtualizado fue fantástico. No tuvimos ningún cuelgue (al menos durante nuestras pruebas) y el ordenador se mantuvo en funcionamiento sin volverse pesado. Los únicos dos puntos a cuestionar de VirtualBox son su soporte de aceleración 3D y su acceso de red. En todos los programas de esta clase, la aceleración 3D se encuentra en etapa experimental, pero VMWare está en una fase mucho más avanzada que VirtualBox. Mientras que el programa de Sun apenas ofrece aceleración DirectDraw y un soporte básico de OpenGL, VMWare ya ha obtenido buenos resultados en DirectX 7 y 8, con un interesante trabajo en progreso sobre DirectX 9. Sobre la red, tanto la velocidad de descarga como de navegación fueron excelentes, pero a la hora de acceder a carpetas compartidas en la red siempre debimos hacerlo a través de "Mis Sitios de Red". No importó qué acceso directo creáramos en el escritorio, nunca se abría. Fuera de la virtualización, lo único para criticar es la penosa traducción al español del programa. Algunas secciones están mitad en inglés, mitad en español, y lo poco que figura en nuestro idioma parece que hubiera sido hecho a las apuradas. Esperamos que esto mejore en el futuro.
Es muy fácil resumir este artículo. Lo primero que debes hacer es preguntarte si quieres virtualizar o si tienes la necesidad de hacerlo. Si la respuesta es "sí", luego debes preguntarte si tienes dinero para pagar una solución comercial. En caso de que la respuesta sea "no", entonces no debes buscar más. VirtualBox es probablemente lo mejor que encontrarás en el campo de la virtualización gratuita, al punto que posee varias virtudes que lo hacen competir directamente con VMWare. Además, posee una versión de código abierto, con la posibilidad de descargarlo y hacer con él lo que desees. Podrá ser considerado como un trabajo en progreso, pero lo que hemos visto hasta ahora de VirtualBox, roza lo excelente.
¡Buena suerte!