Somos los humanos que somos por nuestra capacidad de construir herramientas complejas gracias a nuestro pulgar oponible y nuestro cerebro altamente desarrollado. Pero aún limitados, a medida que vamos cumpliendo años como especie, la evolución biológica sigue su curso, con un parsimonioso e presencialmente indetectable paso. Sin embargo hay una evolución que sí podemos detectar, y es la que los humanos estamos teniendo en cuanto a adaptación generacional a la tecnología. En un estudio realizado por cirujanos, se demostró que los asiduos videojugadores de escuela secundaria tienen las mismas habilidades y capacidades para controlar simuladores de cirugía robótica que los propios cirujanos. Videojugadores cirujanos: Jugar mucho está optimizando la precisión.
Seguramente habrás notado cómo los niños de pocos años de edad ya controlan ordenadores, tablets y tienen una estabilidad sobre el ratón que tú conseguiste con unos cuantos años de experiencia. De esto mismo habla un estudio realizado por un cirujano al que la frase “estás desperdiciando tu vida frente a esos jueguitos” no le simpatiza en absoluto. El estudio trata sobre la coordinación mano-ojos que las nuevas generaciones están desarrollando y optimizando a través del uso temprano de consolas de videojuegos y ordenadores. Este tipo de procedimientos que involucran la motricidad fina y la sincronización de acciones y pensamientos está emparentada con la cirugía robótica, que tantos avances logra y tantas vidas están salvando actualmente.
La revelación del estudio indica que el talento y precisión en el manejo del mando de videojuegos son similares a los necesarios en el adiestramiento para el uso de robots quirúrgicos y herramientas adicionales de la especialidad. En el estudio, un grupo de físicos de la UTMB fue comparado con estudiantes de secundaria y de preparatoria (college) en una serie de test de cirugía robótica simulada. Fueron medidos en 20 habilidades diferentes y con el necesario aprendizaje de 32 diferentes pasos para operar el simulador.
Los resultados fueron significativos, pues las habilidades quirúrgicas de los estudiantes de secundaria que jugaban 2 horas al día a videojuegos y la de los estudiantes de preparatoria que jugaban hasta 4 horas al día, se asemejaron considerablemente a la de los físicos experimentados de la UTMB. Según el documento, en algunos casos los estudiantes superaron las habilidades de estos últimos. La diferencia en la habilidad surgió cuando los grupos de estudio fueron invitados a realizar una simulación de cirugía laparoscópica robóticamente no asistida. Ahí, obviamente, los cirujanos prevalecieron.
Lejos de los embates del sentido común en la relación juegos-violencia, el estudio trató de identificar el efecto que los videojuegos en el desarrollo y formación de futuros cirujanos. “Una nueva era ha comenzado”, explica Sami Kilic, autor principal del estudio y profesor asociado y director de ginecología mínimamente invasiva en la UTMB. El Dr. Kilic contó que para realizar el estudio se inspiró en su hijo y en la forma en el que este tomó, con total naturalidad, el control de un simulador de cirugía robótica en una convención médica. “La cirugía robótica se ha aplicado en el campo de la medicina desde hace muy poco y la mayoría de los médicos no estaban capacitados para ello. Nosotros tuvimos que hacernos una idea sobre cómo entrenar a nuestros entrenadores.”
Como la mayoría de los cirujanos experimentados actuales pertenece a una generación que recién comenzó a tener contacto con los videojuegos en su madurez, esta nueva era, donde el entorno es tecnológico desde nuestros primeros pasos en la vida, revelará cuánto hemos evolucionado en términos de manipulación precisa de herramientas, pues los resultados positivos ya se están observando. El argumento sigue sólido, muchachos. Jugar sirve, y mucho.