El gurú de la genética Craig Venter ha dado un nuevo paso hacia la vida artificial. A principios de año su laboratorio anunció que habían logrado la creación de genoma sintético, concretamente de una bacteria. Ahora comunica que han logrado simplificar el proceso de ensamblaje del genoma sintético. Recordemos que los éxitos científicos no sólo consisten en encontrar el modo de hacer algo nuevo, sino también en encontrar el modo de hacerlo suficientemente barato.
El rostro de este investigador y empresario se hace cada vez más popular debido a lo avanzado de sus hazañas científicas y, sobre todo, a la polémica que genera a su alrededor. Craig Venter saltó al estrellato científico cuando fundó su propia empresa, Celera Genomics, y arrancó su propio proyecto Genoma Humano en 1999. Desde entonces sigue embarcado en investigaciones de lo más fascinantes, siempre con la mira puesta en los resultados comerciales de los descubrimientos que se van produciendo. Después de ser despedido de Celera por el fracaso de intentar obtener rendimiento económico de las patentes de ADN, fundó The Institute for Genomic Research en el 1992 y en el 2005 creó la poderosa empresa Synthetic Genomics para la investigación de microorganismos modificados genéticamente para la producción de etanol e hidrógeno como combustibles alternativos. Entre sus logros mas sonados se encuentra la secuenciación completa del genoma de la bacteria Haemophilus Influenzae. Desde el 2004 recorre el mundo en su yate Sorcerer II recopilando datos sobre virus y bacterias y enviando sus ADN a analizar en sus laboratorios de Rockville, Maryland. Está claro que le gusta la investigación pero mas claro aún que le encanta el dinero. Este hombre podría considerarse el Bill Gates de la genética.
Hace algún tiempo, Venter anunció que ya habían conseguido reconstruir sintéticamente los genes de una bacteria llamada Mycoplasma Genitalium. "Hemos demostrado que es posible crear artificialmente grandes genomas y ajustar su tamaño, lo que abre la vía a importantes aplicaciones potenciales como la producción de biocarburantes y el tratamiento biológico de desechos tóxicos", ha explicado uno de los autores del proyecto, Hamilton Smith. A su vez, el responsable principal del equipo de trabajo, Dan Gibson, explica que continuarán trabajando para llegar al propósito final : insertar el cromosoma sintético en una célula y activarlo con el fin de crear los primeros organismos sintéticos. Un informe, publicado en la revista Science, revela que esta bacteria fue utilizada porque es la que tiene el genoma más pequeño y se puede generar en un cultivo propio. Otro de los objetivos que persigue el equipo es conocer cuál es el contenido genético mínimo que necesita un organismo para desarrollar las funciones esenciales para vivir.
Venter ha superado un hito más: simplificar en un sólo paso el ensamblaje del genoma sintético, que en el trabajo anterior fue un proceso laborioso. El genoma, el cerebro celular, se ha convertido así en un objeto de producción en serie esperando un cuerpo. Se percibe que las implicaciones biotecnológicas de esta técnica son enormes. Pero además de facilitar la fabricación de biocarburantes, se podrá utilizar para hacer el mal, fabricando armas biológicas mortíferas. “Sin duda, estamos en el filo de navaja. Si somos capaces de realizar modificaciones genéticas para bien, también podríamos utilizarlas para crear agentes patógenos utilizables en una guerra bacteriológica”, dijo el profesor Nicolás Jouvé, profesor de la carrera de genética de la Universidad de Alcalá, España.
Si este tipo es el Bill Gates de la genética, que Dios nos coja confesados cuando sus bacterias comiencen a saltar en pantallazos azules. Sólo espero que les agreguen un botón de reset.