Los países que van a financiar este obra faraónica se han puesto por fin de acuerdo para destinar el dinero necesario a la construcción del ITER. El presupuesto se había triplicado desde que se planificó en 2006 este increíble proyecto pero todos han acordado por unanimidad que, a pesar del coste, se debe seguir adelante con el reactor de fusión y darle la oportunidad de demostrar que esta modalidad tecnológica nos llevará a una fuente casi infinita de energía, quizá el objetivo más ansiado por la humanidad.
La carrera tecnológica por conseguir la fuente de la energía ilimitada se está librando desde todos los frentes, pero especialmente desde uno que promete mucho pero que por ahora consigue poco:la fusión nuclear. Se lleva diciendo desde hace mucho tiempo que a esta modalidad energética le quedan aún 50 años para desarrollarse y conseguir ser rentable. Los rusos tienen su proyecto Tokamak pero el resto del mundo se ha asociado para ayudar a componer un verdadero representante de la fusión nuclear que garantice ciertas expectativas de éxito. Se trata de ITER (camino en latín), un proyecto faraónico patrocinado por 7 socios: Union Europea, Estados Unidos, Japón, la India, China, Rusia y Corea del Sur. Los socios se han reunido, en convocatoria extraordinaria del consejo del ITER, en Cadarache (Francia), donde se construye el reactor, para validar el escenario de referencia que tiene en cuenta el gran aumento del presupuesto para los próximos 10 años, tres veces el previsto en 2006.
El presupuesto general asciende a 15.000 millones de euros, de los cúales, 6.600 serán aportados por la Unión Europea que es quien más interés tiene en este proyecto. Tenía previsto pagar el 45 % del coste total del proyecto, pero se ha visto obligada a rebajar su aportación un 1 % por la dificultad de encontrar fuentes de financiación. El pago del dinero se realizará en un plazo de 10 años. Para el año 2012 y 2013 la comisión ha presentado una propuesta para sacar los 1.400 millones de euros del presupuesto ordinario (940 millones) y del VII Programa Marco de Investigación (460 millones). Para cubrir el resto de años que quedan hasta el 2019 intentarán programar un contribución aparte para que las previsibles desviaciones al alza no afecten al presupuesto general europeo. Estas mareantes cifras de dinero y las enormes expectativas creadas nos recuerdan mucho a otro de los grandes de la ciencia: el LHC. Al menos al acelerador ya está funcionando y dando sus primeros frutos.
El calendario tambíén ha sido fijado para evitar incertidumbres y desarrollar un objetivo concreto. Se pretende que en Noviembre de 2019 tenga lugar la obtención de plasma, es decir, la primera prueba de la fusión de átomos de hidrógeno, que se supone constituirá el pistoletazo de salida para lograr una reacción nuclear rentable que permitirá acceder a una energía limpia, barata y virtualmente inagotable. En consejo del ITER ha avalado también al nuevo responsable del proyecto, el físico japonés Osamu Motojima, que sustituye a su compatriota Kaname Ikeda.
Sólo queda esperar 10 años a ver si realmente se pone en marcha de una vez la panacea prometida de la energía infinita. Algunos expertos advierten de las pocas probabilidades que tiene de hacerse realidad y afirman que el gasto tan brutal que va a generar este monstruoso proyecto se podría haber invertido en otras tecnologías emergentes.