Armas gigantescas, sincronización planetaria, espejos tamaño familiar reflejando explosiones solares y tecnología extrarrestres puestas a disposición del aniquilamiento de nuestro planeta. En la ciencia ficción, los que han querido evaporizar la Tierra se cuentan de a montones, y si bien pensar en un fin tan volátil no es demasiado feliz, unos investigadores científicos le han dado el giro necesario al asunto para encontrarle el lado positivo a la idea de vaporizar la Tierra: crear un mapa espectral sobre la composición de exoplanetas para la cacería planetaria que constantemente se lleva a cabo en la astronomía.
Esfumarla, derretirla hasta el humo, hacerla desaparecer detrás de unas cuantas partículas volando desorbitadamente por el agujero que dejaríamos en nuestro sistema solar. Esto mismo es lo que están haciendo los científicos utilizando modelos de simulación computarizada. El objetivo es variado, pero en general se aspira a encontrar las propiedades que tendría para la detección de los astrónomos, un planeta que ha sido vaporizado.
Mirando hacia la atmósfera de planetas del tipo SuperTierras (exoplanetas que son más masivos que la Tierra pero menos masivos que Neptuno, y están compuestos por roca en vez de gas, las cuales están a una distancia tan cercana a sus estrellas, que directamente se están derritiendo), los astrónomos podrían tener un poco más de información sobre su composición luego de estudiar las simulaciones de vaporización terrestre que están llevando adelante el equipo de Bruce Fegley, PhD y profesor de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de Washington en Saint Louis.
Según el estudio, los planetas similares a la Tierra que estén tan calientes como las super-Tierras tenderán a tener atmósferas compuestas sobretodo por vapor (por la vaporización del agua y de minerales hidratados ) y óxido de carbono (por la vaporización de rocas carbonatadas), con pequeñas cantidades de otros gases particulares que diferenciarían algunos planetas de otros.Con estos datos, los científicos están colaborando con la NASA para transformar los gases resultantes de cada evaporización de Tierras para crear mapas espectrales con los cuales podamos salir a cazar planetas o al menos a medir sus densidades y otras características.
En sus estudios hicieron una comparación entre dos modelos de pseudo Tierras, una con una composición similar a la de la corteza continental de nuestro planeta y otra con una composición similar a la de la Tierra antes de que la corteza continental se creara, conocida como Tierra de silicato. Y al exponerlas a temperaturas ultra violentas, llegando a los 940 grados Celsius ante los cuales la corteza continental se derrite liberando vapor y dióxido de carbono. En el modelo de silicato, la Tierra se derritió a los 1730 grados.
La diferencia entre los dos modelos fue el agua contenida y la presencia de sustancias como el metano y el amoníaco en la atmósfera de la segunda Tierra simulada, ya que contenía gases que se podían oxidar al contacto con el oxígeno. Esto último es interesante debido a que el amoníaco y la metano son propiciantes de una eventualidad posibilidad de vida, pues ante determinadas circunstancias -incorporación de energía-, se pueden combinar aminoácidos y luego vida. Esto es sólo si la vaporización es parcial, como la de los exoplanetas que encuentran los astrónomos están demostrando. Pero en cuanto les preguntaron cómo sería vaporizar la Tierra por completo, la respuesta sobre lo que quedaría fue la siguiente: Una gran bola de gas de vapor con piedras volando para todas las direcciones y goteando hierro líquido. Lindo panorama, ¿no?