Más de 160 científicos británicos están trabajando en la elaboración de una misión robótica a Urano. Este planeta gigante del Sistema Solar tiene una gran cantidad de secretos que esperan ser descubiertos, por lo que estos especialistas han presentado su propuesta a la Agencia Espacial Europea (ESA). El proyecto contempla el lanzamiento del Uranus Pathfinder en una misión conjunta con la NASA dentro de unos 10 años. ¿Será posible?
Urano, situado a unos 3000 millones de kilómetros del Sol, forma parte del pequeño grupo de planetas visitado hace más de 25 años por la sonda Voyager 2 de la NASA. Esa fue la última vez que conseguimos buenas imágenes de Urano. Esto ha motivado a un grupo de científicos británicos a elaborar una misión que tenga como destino este gigantesco integrante del Sistema Solar. Urano fue descubierto por el astrónomo británico William Herschel en 1781, y a pesar de los datos proporcionados por Voyager 2, aún posee muchos secretos que los astrónomos esperan descubrir. Se trata de un planeta bastante extraño, rodeado por tenues anillos y con un eje de rotación extrañamente inclinado, que hace que al girar sobre él el planeta “ruede”. Es probable que esta inusual característica haya sido provocada por el impacto de otro planeta -del tamaño de Marte o de la Tierra- hace millones de años. Tampoco está claro el motivo por el que un planeta con sus características emite tan poco calor. Estos y otros interrogantes podrían ser resueltos mediante una misión robótica llamada Uranus Pathfinder, que podría estar lista en unos 10 años.
La misión costaría unos 400 millones de libras, y cuenta con el apoyo de más de 160 científicos. El proyecto Uranus Pathfinder se encuentra bajo la dirección del Doctor Chris Arridge, del London Universisty College, quien afirma que hasta hoy “tan sólo hemos arañado la superficie real de Urano. Es un planeta muy difícil de observar desde la Tierra, puesto que los detalles aparecen borrosos.” A pesar de ello, se han observado en su superfcie vientos muy poderosos, soplando a unos 800 kilómetros por hora. “Sabemos que desde que fue visitado por la Voyager 2 sus anillos y atmósfera han cambiado. Necesitamos recoger nuevos datos de primera mano. Estamos listos para aprender de Urano, que es muy distinto a los demás planetas“, agrega. Para decir esto, Arridge se basa en el hecho de que aunque tendemos a agrupar a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno en la categoría de “planetas gaseosos gigantes”, la composición de Júpiter y Saturno es mayoritariamente de hidrógeno y helio, con pequeños núcleos rocosos, mientras que en Urano y Neptuno existe una mayor cantidad de rocas y hielo. Urano posee mucha más agua en sus atmósfera, y también mucho más metano.
“Se piensa que un cuerpo del tamaño de Marte o de la Tierra impactó Urano en los comienzos del sistema solar y lo inclinó, esto además podría haber provocado una pérdida masiva de su calor primordial”, dice Arridge. Una nueva misión a ese planeta podría aclarar estas cuestiones. Dado que tarda unos 84 años en completar una órbita alrededor del Sol, Urano posee estaciones extremas. “Debido a que existe tan poco calor procedente del interior de Urano, el motor de su atmósfera es la luz solar. Y puesto que su eje de rotación posee una gran inclinación, cada polo permanece continuamente iluminado por el Sol durante 42 años, mientras que el otro polo está en tinieblas, antes de que la situación se invierta durante los 42 años siguientes” explica Arridge. Uranus Pathfinder podría iniciar su viaje en 2021. Propulsada por energía nuclear, tardaría unos 15 años en llegar a su destino, previo paso por las cercanías de Venus y Saturno con el fin de adquirir la suficiente velocidad que le permita alcanzar su objetivo, aprovechando sus campos gravitatorios. Una vez en Urano, estudiaría el planeta, sus cinco lunas principales y los numerosos satélites menores. Uranus Pathfinder es una misión “Clase M” (de tipo medio) en cuanto a su costo, pero de gran importancia científica. Esperamos que pueda concretarse.