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UPX Frontend: Cómo comprimir archivos ejecutables

Ya hemos visto hace poco utilidades para comprimir archivos, ¿pero qué tal si pudieras usar ejecutables que ya están comprimidos? No hablamos de la clásica compresión que permiten las plataformas Windows, sino que puedes reducir considerablemente el tamaño de un ejecutable, y seguir usándolo sin problemas.

En estas épocas de discos duros gigantescos, puede sonar un poco absurda la idea de comprimir un archivo ejecutable. ¿Cuál es el punto de ganar algunos megabytes, cuando se posee un disco de cien gigas o más? Bueno, la verdad es que no todos poseen un disco de esas características, y el nuevo boom de las ultraportátiles nos ha traído modelos con unidades de almacenamiento bastante pequeñas en comparación con sus contrapartes de escritorio. Al mismo tiempo, muchos aún utilizan pendrives de tamaño reducido, y es una tarea diaria para quienes están en esa situación el pelear por cada byte que puedan sacar de su pendrive. Y también está el caso de los desarrolladores de software, que para reducir lo más posible el tamaño de sus distribuciones, someten a compresión a los ejecutables de sus programas.

Lo bueno es que tú también puedes hacerlo.

Desde hace ya varios años, existe una utilidad que permite realizar esta clase de operación: UPX. UPX son las siglas de Ultimate Packer for eXecutables, creado por Markus F.X.J. Oberhumer, László Molnár y John F. Reiser (sin relación con Hans Reiser, el creador del sistema de archivos de Linux). Este pequeño programa, disponible para varios sistemas operativos, puede comprimir los archivos de múltiples plataformas, desde ejecutables de PlayStation hasta los kernel de Linux, pasando obviamente por los ejecutables de Windows. El único problema de UPX, y que aún se mantiene hoy en día, es que es demasiado complicado de usar. Por defecto, UPX no tiene entorno gráfico, y el usuario debe tipear complicadas líneas de comandos para hacerlo funcionar, algo que la gran mayoría no quiere hacer ni en sueños.

Pero las cosas pueden ser mucho más sencillas gracias al UPX Frontend. Este programa logra darle una interfaz mucho más amigable al UPX, y facilitar su uso a sólo un par de clics. Hace un tiempo que este entorno gráfico no recibe una actualización, pero funciona perfectamente con la última versión de UPX, la versión 3.0.3. Para que te des una idea de lo que puede hacer este programa, descarga el UPX desde aquí, y obtiene el Frontend desde esta ubicación.

Ahora, el Frontend posee una versión antigua de UPX, por lo que vamos a reemplazar al upx.exe del interior de su carpeta, con el nuevo upx.exe que acabas de descargar de la página. Windows te preguntará si deseas sobrescribir. Haz clic en .

Ejecuta el Frontend, y verás su ventana principal. Allí hay muchas opciones disponibles para modificar. Tal vez lo primero que quieras tildar es LZMA compression, que mejorará un poco la tasa de compresión. En cuanto a las otras opciones, te recomendamos usar las que figuran en la imagen de muestra. Usar las opciones All Filters, All Methods, o alguna de las que figura bajo Brute Force hará que el proceso se vuelva muy lento, mientras que el beneficio roza lo insignificante, ganando apenas un kilobyte o dos.

Ahora, algo muy importante: Haz siempre un respaldo del ejecutable que vas a comprimir. No comprimas jamás directamente al ejecutable en su carpeta de origen. Existen casos en que la compresión puede arruinar el archivo, y si sólo tienes la copia original, deberás reinstalar el programa para que funcione de nuevo. Por ello, mantén aislado siempre un respaldo del ejecutable, por si las moscas.

Como ejemplo, usaremos algo bastante común: El ejecutable del Firefox, firefox.exe. Su tamaño original en la versión 2.0.0.14 es de 7.3 megabytes. Hicimos una copia de respaldo, y procedimos a la compresión, haciendo clic en Start Compression. Luego de unos pocos segundos, el programa termina de comprimir al ejecutable, dejándolo con un tamaño final de 2.8 megabytes, poco más del 38% de su tamaño original. Ahora sólo debes copiar el ejecutable comprimido, y sobrescribir al ejecutable original del Firefox (aún tienes ese respaldo, ¿verdad?). Prueba a ejecutarlo, y verás que el zorro de fuego arranca perfectamente. Sólo cuando hayas verificado que funciona como debe, puedes eliminar el ejecutable de respaldo.

Puedes someter a casi cualquier ejecutable a este proceso. Muchos programas poseen archivos ejecutables muy grandes, y podrás reducir su tamaño, siempre y cuando tomes los recaudos necesarios. Aún así, existen algunos ejecutables que se rehúsan a ser comprimidos. Ante ellos puedes intentar usar la opción Force, pero las probabilidades de éxito en estos casos es muy baja. Otra cosa que no recomendamos es comprimir ejecutables del sistema operativo, ya que las consecuencias pueden superar por mucho a los beneficios. Sin embargo, si trabajas con mesura y siempre teniendo un respaldo, podrás reducir el tamaño de muchos ejecutables en tu disco duro, sin afectar su funcionamiento. ¡Buena suerte!

Escrito por Lisandro Pardo

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