Lisandro Pardo
En el nombre de una mayor automatización y costos más bajos, muchas compañías alrededor del globo están acelerando la adopción de robots, redes neurales, y otras alternativas similares. Si dejamos a un lado el conflicto sociopolítico asociado a esa tendencia, lo cierto es que en algunas ocasiones, las inteligencias artificiales tienen un desempeño horripilante. El último ejemplo nos llega a través de un bot en Amazon llamado «My Handy Design», el cual está tomando fotos aleatorias de Internet para diseñar carcasas de iPhone y Samsung Galaxy S5. Desde adultos en pañales hasta inyecciones de heroína, todo vale.
Una de las tantas cosas que aprendimos luego del experimento realizado por Microsoft con su bot Tay en Twitter es que algunas inteligencias artificiales necesitan supervisión. Por supuesto, eso va en contra de los varios objetivos que tiene toda IA, pero sin el cuidado suficiente se cae en la clásica trampa del «garbage in-garbage out». ¿Qué sucede cuando las dejamos trabajar por su cuenta sin restricciones? Bueno, Tay se volvió una psicópata racista y negadora del Holocausto en menos de 24 horas debido a la influencia de los usuarios. Ahora, imagina un bot que lleva casi un año escogiendo imágenes para diseñar carcasas de iPhone y Samsung Galaxy…
«My Handy Design» fue detectada en Amazon por el artista de datos Russell Jurney. Si revisamos el perfil de ventas veremos que ya no quedan muchos productos (luego de la cobertura, Amazon pasó la escoba y decidió censurar resultados), pero nada se borra por completo de la Web. Y las imágenes… puro delirio. Una mujer mayor usando un inhalador. Una cuchara con heroína y una jeringa. Una impresora. Una mujer en plena sesión de depilación. Un hombre musculoso usando los abdominales de otro como mesa mientras corta queso. Un adulto en pañales y muletas. Básicamente, una mezcla de salud, medicina, drogas, tratamientos de belleza, higiene personal, accesorios de baño o cocina, «juguetes» para adultos, y la ocasional pieza de tecnología.
Los precios de las carcasas oscilan entre los 5 y los 25 dólares, y si nos guiamos por los reviews de algunos usuarios audaces que decidieron comprar una, la calidad (tanto de la impresión como de la carcasa en sí) es un espanto. Creo que la personalización de productos es un aspecto que las inteligencias artificiales deberán seguir optimizando… por muchos años.
