editorwp_constanza
Unos cosmólogos de Norteamérica han detectado una asimetría anómala que podría ser una huella de otro universo que hizo colisión con el nuestro cuando apenas nacía
El concepto de universos múltiples comprende una hipótesis de “energía de vacío” que sería una energía de origen cuántico y de efectos físicos mesurables. Se ha propuesto que dadas ciertas circunstancias, esta energía puede crecer de manera explosiva dando lugar a nuevos universos constantemente, creando una coexistencia entre el universo que conocemos y los nuevos como si fueran burbujas de un baño espumoso.
Basándose en esta hipótesis, Matthew C. Johnson (de la universidad de California en Santa Cruz) y sus colegas se han dedicado a buscar pruebas de algún encuentro o colisión producido con nuestro universo. Antes de que se formaran los átomos, el universo consistía en una espesa niebla con variaciones de densidad cuyas partes más densas se expandieron hasta convertirse en galaxias. Las ondas lumínicas producidas en ese entonces pueden observarse ahora como un débil resplandor que llena nuestro universo (radiación de fondo de microondas). Se considera que esta radiación marca el límite de nuestro universo y los cosmólogos plantean que se podría haber generado un reordenamiento en las fluctuaciones de densidad si se hubiera producido una colisión entre universos. Tal reordenación podría percibirse como una irregularidad simétrica.
Johnson decidió investigar lo que nadie había buscado hasta ahora, y encontró una asimetría anómala en el cosmos que podría probar esta teoría. Sin embargo, no aseguran que esta anomalía sea – sin lugar a dudas – una huella dejada por otro universo, pero muestran entusiasmo en el descubrimiento que los impulsa a comenzar un largo proyecto de investigación.
