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Una cámara implantada en la cabeza

Puede sonar como algo extraído de una película de espías, o una manifestación radical de paranoia fuera de control, pero en realidad no se trata de eso. El arte, o al menos, las cosas que se han hecho en su nombre, pueden ser bastante extrañas, y el hecho de que alguien acceda a implantarse una cámara digital en la parte posterior de la cabeza cae a la perfección en esa categoría. La cámara tomará fotos una vez por minuto, y el proyecto estaría programado para durar un año.

Había una época en la que dar la espalda podía significar la muerte. Los emperadores y los reyes no tenían mucha simpatía por el simple hecho de que alguien se diera la vuelta, ya que lo consideraban una ofensa directa a su embestidura y a su persona, aunque la tarea de caminar hacia atrás sin perder la mirada podía ser también bastante complicada de realizar. Sin embargo, es algo inevitable. Nuestros ojos están en donde están, y de una forma u otra aquello que termina a nuestras espaldas puede acabar siendo ignorado u olvidado, aunque esa no sea nuestra intención. Los niveles de percepción con los que contamos son limitados, y eso es en parte lo que trata de dejar en evidencia este nuevo proyecto el Museo Árabe de Arte Moderno ubicado en Qatar. Claro que, el método es muy poco ortodoxo.

Wafaa Bilal, un profesor de fotografía en la NYU, ha aceptado la propuesta del Museo Árabe para recibir un implante en la parte posterior de su cabeza, formado por una cámara digital de un tamaño similar al de un botón. El implante en sí no será algo extremadamente elaborado o que requiera una cirugía importante, sino que estará en la misma escala de cualquier “piercing” convencional, por lo que su “desinstalación” si se la puede llamar así, no será algo complicado. La prueba durará un año, y la cámara tomará fotos una vez por minuto, las cuales serán enviadas y recopiladas por el museo.

La primera pregunta que nos viene a la mente es cómo serán los procesos de mantenimiento para la cámara. Es decir, la energía debe ser tomada de alguna parte, y de seguro se necesitarán varios recambios de batería durante el período que dure el proyecto. La otra duda está directamente relacionada con la privacidad. Bilal es un profesor universitario, y sería lógico que algunos de sus alumnos no deseen aparecer en las imágenes. Aunque Bilal ha dicho que bloqueará la lente durante sus horarios de trabajo, el tema ha quedado planteado. Perpetuar aquello que no vemos por darle la espalda puede parecer interesante, pero el método utilizado aquí será un poco complicado de digerir para algunos.

Escrito por Lisandro Pardo

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