Muchos ingenieros nos han advertido hasta el cansancio sobre los inconvenientes asociados a la interferencia provocada por ciertos equipos, y en la actualidad es difícil encontrar electrodomésticos que no posean las certificaciones adecuadas, pero un pequeño pueblo de Gales llamado Aberhosan vivió lo que podríamos considerar como el peor de los casos: Un viejo televisor causó problemas en el servicio local de ADSL durante 18 meses, noqueando las conexiones todos los días a la misma hora…
Todo intercambio de anécdotas sobre problemas de conectividad se convierte rápidamente en una fabulosa colección de cuentos de horror. Semanas enteras sin servicio, pérdida de sincronización cada media hora, caídas en la velocidad, cargos falsos… incluso hay usuarios que terminan pidiendo que no llueva para que Internet siga funcionando. Sin embargo, la historia de hoy involucra a un pequeño pueblo en Gales, un matrimonio con una rutina impecable, y un televisor rebelde…
El pueblo en cuestión es Aberhosan, un hermoso lugar con apenas 400 habitantes. La conectividad local se basa en tecnología ADSL, y está a cargo de Openreach, una subsidiaria del BT Group (ex British Telecom). Pero en los últimos 18 meses, Aberhosan no disfrutó de su ADSL, sino que lo ha sufrido: Todos los días a las siete de la mañana, el servicio quedaba de rodillas. Las quejas de los residentes se multiplicaron, y las fallas llegaron a extremos como no poder utilizar líneas de teléfono convencionales.
La compañía se encargó de reemplazar todo el cableado, pero los problemas persistieron. Finalmente, se tomó una decisión de último recurso: Enviar un equipo de ingenieros al pueblo para localizar y eliminar el punto de conflicto. La pandemia de COVID-19 complicó las cosas, sin embargo, el equipo estaba listo para comenzar a las seis de la mañana, bajo una lluvia torrencial, y armados con un analizador de espectro. Su mejor hipótesis apuntaba a un efecto llamado SHINE, Single High-level Impulse Noise, que genera un pulso de interferencia eléctrica cuando un dispositivo es encendido o apagado.
Tal y como se esperaba, los ingenieros detectaron el pulso a las siete de la mañana, y lo rastrearon hasta el hogar de Alun y Elaine Rees. ¿Qué fue lo que encontraron allí? Un viejo televisor marca «Bush» de 16 pulgadas, que el matrimonio había comprado por 30 libras y colocado en su habitación. Ambos encendían el aparato para comenzar el día con un poco de Good Morning Britain, y la señora Rees reconoció que «le encanta ver a Piers Morgan por las mañanas».
Con el misterio resuelto y la promesa de que el televisor no volverá a ser utilizado (algo que ciertos residentes del pueblo desean comprobar por su cuenta luego de 18 meses de frustraciones), este caso nos sirve para recordar que las interferencias son más comunes de lo que imaginamos. Luces de Navidad, hornos de microondas, sistemas de circuito cerrado, fuentes de alimentación, y hasta viejos adaptadores RF pueden interferir con servicios de Internet y/o TV por cable.
Fuentes: Ars Technica, Daily Mail