La batería sigue siendo por lejos el punto débil de todos los dispositivos móviles. No importa qué tan avanzadas sean las optimizaciones disponibles en los últimos modelos, tarde o temprano debemos conectar el «cordón» y dejar que se alimente por un par de horas. En la Universidad de Washington están trabajando para cambiar ese patrón, y el primer resultado es un prototipo de teléfono móvil que consume apenas 3.5 microvatios. Obtiene su energía de las señales en el ambiente, y aprovecha pequeñas vibraciones causadas por el usuario para codificar la señal de voz.
Si comenzamos a retirar componentes de un smartphone, una de las cosas que vamos a lograr además de simplificar su configuración es reducir el consumo general de energía. Ese era uno de los objetivos del Project Ara de Google, «técnicamente suspendido» hasta nuevo aviso. La personalización que tanto disfrutamos en nuestros ordenadores de escritorio parece imposible en smartphones, y su ausencia nos condena a una dependencia constante de baterías más grandes, cargadores de emergencia, y tomas de electricidad en establecimientos con un café muy sobrevalorado. Ahora… imaginemos un teléfono móvil que no necesita baterías. Por supuesto, la energía debe venir de alguna parte, y las principales candidatas son las ondas de radio que ya se encuentran en el aire.
Dicho móvil no sólo es posible, sino que la Universidad de Washington acaba de presentar un prototipo. De acuerdo con Bryce Kellogg, uno de los miembros del equipo de investigación, la potencia que se obtiene de una señal de radio o una fuente de luz básica oscila entre 1 y 10 microvatios. El prototipo posee actualmente un consumo total de 3.5 microvatios. Tal y como lo revela la imagen, el teléfono no tiene pantalla ni nada que se le parezca. Los botones son capacitivos, y el usuario escucha las llamadas a través de auriculares. Un aspecto crítico en el diseño del móvil es la eliminación de la clásica conversión analógica-digital en el procesamiento de voz. A modo de reemplazo, utiliza las vibraciones causadas por el usuario al hablar cerca del micrófono, equipado con una pequeña antena. Dicha antena se encarga de convertir el movimiento en cambios (patrones codificados) sobre una señal de radio estándar emitida por una estación base.
Como era de esperarse, el teléfono sin baterías tiene un par de asteriscos. El primero es que depende de Skype para realizar y recibir llamadas. Esto no es algo malo, sin embargo, nos hace pensar más en un teléfono VoIP que en un móvil. Y el segundo es que necesita una estación personalizada, cuya tecnología podría ser integrada sin mayores dificultades a routers WiFi o torres convencionales de telefonía celular. El teléfono puede funcionar a nueve metros de su estación si usa la energía de las señales en el ambiente, pero si incluye un fotodiodo, el alcance se extiende a quince metros.