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Un mensaje de la humanidad a las estrellas

Lanzadas hace casi 30 años, las sondas Voyager están a más de 15.000 millones de kilómetros del Sol. Levan a bordo un mensaje de la humanidad, grabado sobre un disco de oro, que incluye mensajes de saludo en 55 lenguas, fotografías y mucha información más, que te mostramos a continuación.

La humanidad siempre ha sentido curiosidad sobre lo desconocido. Y quizás el ámbito de lo desconocido más atractivo sea el espacio. Es muy poco lo que conocemos sobre el universo, y el tema ha preocupado al hombre desde sus orígenes.

Desde la época de las cavernas hemos mirado hacia arriba, con curiosidad. ¿Qué serian esos puntos de luz en el cielo? La ciencia fue develando poco a poco algunos de los misterios, y dando luz a otros nuevos. Por fin, la tecnología en los últimos 200 años ha hecho posible una observación meticulosa del espacio, y además, que podamos adentrarnos en el.

En ese marco, la NASA, en 1977 y 1980, lanzo dos sondas, llamadas Voyager 1 y voyager 2. A bordo, transportan un mensaje de la humanidad dirigido a la inteligencia extraterrestre que algún día se tope con ellas.

La misión Voyager 1 despego a bordo de un cohete Titan IIE-Centaur desde Cabo Cañaveral, el 5 de septiembre de 1977. La Voyager 2 había sido lanzada 16 días antes. Como veremos, hay una explicación lógica para este extraño orden de lanzamiento.

Imagen de una de las Voyager.

La misión fue concebida para aprovecha una alineación de los planetas exteriores que se da solamente una vez cada 175 años. En efecto, a fines de los 1970s Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno estaban en una posición que permitiría a un vehículo espacial pasar cerca de cada uno de ellos y seguir hacia el siguiente aprovechando su atracción gravitatoria. Al utilizar los propulsores de la nave solamente para efectuar pequeñas correcciones en la trayectoria, el gasto de energía de a bordo era mínimo, y las sondas relativamente pequeñas.

Lanzamiento de la Voyager 2, en un Titan IIE-Centaur.

Al seguir trayectorias diferentes, la Voyager 1 sobrepaso a la 2, llevando la delantera. Ese es lo que motivo el lanzamiento de Voyager 2 antes de la 1.

Además de las tareas de reconocimiento que efectuarían sobre los mencionados planetas, estas dos naves debían seguir su camino hacia el exterior del sistema solar. El límite del sistema solar está en la denominada “heliopausa”, que es el punto en el que el viento solar se une al medio interestelar o al viento solar procedente de otras estrellas. Señala la frontera entre el Sistema Solar y el espacio interestelar.

Las Voyager seguirían su camino, y eventualmente llegarían a las cercanías de alguna estrella. Para sacar provecho de ello, algunos científicos, entre los que se encontraban Carl Sagan Frank Drake decidieron poner a bordo un disco de oro conteniendo un mensaje dirigido a la civilización que eventualmente las encontrase.

Estos discos, que recibieron el nombre “Sound of Earth” (“Sonidos de la Tierra”, en español), son discos de gramófono, como los viejos “Long Play”, ya que era la tecnología disponible en la época.

El mensaje tardará unos 74.500 años en alcanzar las proximidades de la estrella más cercana a nuestro sistema solar. Incluye una selección de sonidos que pueden oírse en la tierra, como el sonido del viento, las olas, truenos, canto de las ballenas y otros animales. Además se incluyo un saludo grabado en 55 idiomas diferentes, y un mensaje del entonces Secretario General de las Naciones Unidas.

Esta imagen explica el sistema solar.

Una vista de nuestro planeta, a bordo de las Voyager.

Además se incluyeron a bordo 115 imágenes, más una de calibración, en las que mediante el lenguaje científico se explica la localización del Sistema Solar, cuales son las unidades de medida que empleamos, datos sobre la tierra, el cuerpo humano y la sociedad en general.

Es de suponer que alguna forma de vida avanzada que se tope con una de las Voyager pueda deducir que el disco no forma parte de la estructura o mecanismos de la nave. Sin embargo, no hay garantías de que sepan construir una maquina en la que reproducir los surcos del disco para transformarlos en sonidos, o interpretar las imágenes. Por ejemplo, la de la gimnasta que incluimos en este artículo puede hacerlos pensar que tenemos varios brazos, piernas y cabezas.

De todos modos, y como declaró en su momento el comité científico refiriéndose al disco, “su objetivo principal no es el ser descifrado, sino que el hecho de su simple existencia pone de manifiesto la existencia de los humanos, así como sus esfuerzos por contactar a otras especies inteligentes que pudiesen existir fuera del Sistema Solar”.

En este momento las sondas Voyager están llegando a heliopausa. De hecho, a finales de 2003 la Voyager 1 envió datos que indicaban que podría haber atravesado esta barrera, pero al no tratarse de una frontera perfectamente definida, algunos científicos cuestionan que la haya atravesado por completo. De todos modos, las sondas Voyager se han convertido en los instrumentos más lejanos jamás enviados por el hombre. El 15 de agosto de 2006 la sonda Voyager 1 alcanzó la distancia de 100 UA (“Unidades Astronómicas”, la distancia de la tierra al Sol), esto es, se encuentra a más de 15.000 millones de km del Sol.

Al disponer de generadores eléctricos nucleares, se supone que sigan enviando datos al menos hasta el 2030. Lamentablemente, debido a problemas de presupuesto, en la actualidad la misión está controlada por sólo 10 científicos, y podría ser abandonado en un futuro próximo, dejando a las Voyager seguir su camino sin que haya nadie que las escuche en la Tierra.

Un feto humano, con la edad expresada en segundos.

Instante de la concepción.

Imagen correspondiente a las definiciones matematicas.

Unidades fisicas, a bordo de las Voyager.

Escrito por Ariel Palazzesi

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