El servicio de mensajería WhatsApp acaba de escapar (por ahora) a una intervención legal en Brasil. El juez Luiz de Moura Correia había ordenado su interrupción en todo el territorio después de que la compañía se negó a asistir a las autoridades, pero una nueva medida cautelar ha revocado la decisión del juez, argumentando problemas de jurisdicción y proporcionalidad.
No quedan dudas de que WhatsApp es el mensajero instantáneo más popular del momento. Se calcula que posee 700 millones de usuarios, y a medida que la presencia de los smartphones se hace más amplia, el número sigue creciendo. Como era de esperarse, todos los servicios similares a WhatsApp tienen tarde o temprano algún roce con la ley, aún si las circunstancias no los involucran directamente. La historia que nos reúne aquí hoy se remonta al año 2013, cuando el Centro de Inteligencia de la Policía Civil del estado de Piauí en Brasil le solicitó a WhatsApp información necesaria para avanzar en investigaciones sobre pedofilia. Al parecer, la compañía se ha negado a cooperar, y con el último sistema de cifrado incorporado, entregar las transcripciones de una conversación o las imágenes que se intercambian a través de ellas resulta imposible. Ante las reiteradas negativas de WhatsApp (y por extensión, de Facebook), el juez Luiz de Moura Correia ordenó el 11 de febrero pasado la suspensión total de WhatsApp en territorio brasileño, por no someterse al marco legal vigente.
WhatsApp carece de oficinas en ese país, por lo tanto, la interrupción debía ejecutarse a través de los proveedores de telefonía móvil. Estas compañías apelaron rápidamente la medida, con Telefónica de Brasil a la cabeza, quien argumentó en primer lugar que no contaba con las condiciones técnicas para bloquear el servicio en menos de 24 horas. Los jueces Raimundo Nonato da Costa Alencar y José Ribamar Oliveira reconocieron la posición de las compañías, suspendiendo la medida. También agregaron que la orden original del juez no cumple con los requisitos básicos de proporcionalidad, ya que se corre el riesgo de que el bloqueo cause daños irreversibles tanto al servicio como a sus usuarios, sin mencionar el hecho de que surgen conflictos jurisdiccionales, con un juez regional tomando decisiones a nivel nacional.
Claro que, WhatsApp no ha resuelto el problema de fondo. Una medida cautelar no es otra cosa más que una pausa técnica, y por sí sola no libera al servicio de sus responsabilidades legales. De acuerdo al texto publicado por O Globo, es probable que el siguiente paso sea elevar y reiterar la solicitud de información a Facebook. Las cosas no están muy bien entre la red social y el estado brasileño. El juez que ordenó la suspensión original acusó a Facebook de «permanecer inerte» ante los reclamos de la justicia, presentando como único alegato la falta de oficinas locales. Continuará…
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