La comunicación directa dentro de una zona específica puede convertirse en un factor crítico si dicha zona ha sido afectada por un accidente de gran escala o alguna catástrofe ecológica. Obtener datos o telemetría sobre un lugar puede ser tan importante como una comunicación por radio, pero uno de los posibles problemas se encuentra en no contar con una infraestructura lo suficientemente portátil como para ser útil. Sin embargo, un proyecto llevado a cabo por el Instituto Federal de Tecnología en Suiza apunta a eliminar este inconveniente de una forma muy llamativa: Plagando el cielo con sencillos drones, diseñados para crear redes de comunicaciones "al vuelo".
Una zona de desastre puede ser clasificada de esa forma por diferentes razones, pero una de ellas suele ser la ausencia de capacidad de comunicación. ¿Cómo sería posible hacer llegar a los equipos de rescate? ¿Cómo se podrían tomar mediciones, o realizar evaluaciones? La gran mayoría de las tragedias puede ser evitada, pero cuando el destino se adelanta, hay que actuar con velocidad y precisión, y para eso es necesaria una opción sólida en materia de comunicación. Las redes de teléfonos móviles pueden haber avanzado mucho durante los últimos años, pero cuando vemos cosas como reportajes en vivo interrumpidos por falta de señal, poco se puede confiar en esas redes durante emergencia. Una posible respuesta, de acuerdo al Instituto Federal de Tecnología en Suiza, es cubrir el cielo con drones aéreos, formando así una red dinámica de comunicación.
El proyecto ha sido bautizado como SMAVNET, y una particularidad de los drones es que se alejan del estereotipo costoso y complejo. Su puesta en funcionamiento es tan simple que los drones se arrojan al aire como simples planeadores. Son livianos, robustos, y no se requiere de ningún entrenamiento previo para "lanzarlos" al vuelo. Entre sus componentes encontramos una batería de litio-polímero, un "dongle" USB con capacidad Wi-Fi, un chip con Linux embebido y propiedades de piloto automático. Para una mayor eficiencia en el aire, los investigadores adoptaron el comportamiento de las hormigas, y aparentemetne no hay límite en el tamaño del enjambre que se puede controlar, aunque un despliegue eficiente de un enjambre de gran tamaño requerirá de muy pocas correcciones por parte del operador. Los drones pueden realizar operaciones de auto-calibrado, e incluso un chequeo previo antes de ser lanzados.
Cualquier riesgo en la operación de los drones ha sido minimizado gracias a la extraordinaria ligereza de cada uno de ellos, sumada a varias funciones de seguridad en el software. Los drones también pueden evitar las colisiones entre sí debido a un sistema propio de negociación de datos y control de altitud. La demostración es simple, pero contundente. Una sola persona equipada con un hardware mínimo puede lanzar diez drones al aire, y montar rápidamente una red de comunicación. Habrá que esperar un poco para ver qué aplicaciones puede llegar a tener, pero es una idea demasiado buena y práctica como para que termine archivada en un rincón.
