Un coche propulsado a hélice que “le gana” al viento

Se trata de una discusión que ha provocado verdaderas guerras en foros, y discusiones incluso entre expertos en aerodinámica. ¿Puede acaso un vehículo que utiliza al viento como propulsión moverse más rápido que el viento mismo? Hace un par de años, Rick Cavallaro desarrolló un vehículo especial con una hélice integrada, y comprobó que de hecho sí se puede ir más rápido que el viento, acabando con años de conflictos. Ahora, Cavallaro vuelve al ataque con algunas modificaciones, logrando que su vehículo vaya más rápido que el viento… pero con el viento de frente.

¿Cómo puede ser eso? Si te mueves en la misma dirección que el viento, una vez que igualas su velocidad, no puedes acelerar más, ¿o sí? A decir verdad, Cavallaro no sólo logró moverse más rápido que el viento en la misma dirección, sino que lo hizo 2.86 veces más rápido. Para desarrollarlo necesitó del apoyo de Google y Joby Energy en 2010, y más allá del resultado, el coche todavía requiere un poco más de explicación. A simple vista, parece que el viento hace girar a la hélice, y en consecuencia hace que giren las ruedas. Pero la realidad nos muestra que se trata del proceso inverso. Son las ruedas las que hacen girar a la hélice, y el empuje de la hélice mueve el vehículo, haciendo que las ruedas sigan girando y… no, caer en la trampa del supuesto movimiento perpetuo parece inevitable, pero se obtiene energía del viento, y no debemos olvidar el efecto de la fricción. El vehículo puede ganarle al viento, pero no se mueve para siempre.

En esta oportunidad, lo que Cavallaro logró es que su coche (bautizado Blackbird) se mueva más rápido que el viento, pero con el viento de frente. Los “expertos” en aerodinámica que pululan en la Web no lo consideran un hecho tan impresionante como haber eliminado toda discusión con la prueba de hace dos años, pero logró desplazarse 2.01 veces más rápido que la velocidad del viento, nada desperciable a decir verdad. Aún así, el coche necesitó algunas modificaciones para funcionar contra el viento. En resumen, debió invertir el proceso de propulsión. Con el viento de frente, es la hélice la encargada directa de propulsar al vehículo, mientras que las ruedas y la transmisión cumplen el rol de quilla. Dicho de otra forma, con el viento de frente, el Blackbird tiene un comportamiento similar al de un barco.

Llámalo experimento, prueba de concepto o lo que sea, pero queda claro que el Blackbird tendrá un hogar permanente en desiertos, pistas de aterrizaje y otra clase de espacios abiertos. Definitivamente es algo que va en contra de nuestra intuición, por lo que uno puede ver la lógica detrás de tanta pelea y tanta contradicción. El resultado final no cambia: El Blackbird puede ganarle al viento, y lo hace en ambas direcciones. Imagino que el próximo objetivo de Cavallaro será mejorar su diseño para obtener más velocidad, pero la pregunta es qué tanto podrá mejorarlo. Después de todo, ya tiene a la razón de su lado.