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Un artista británico es el primer cyborg del mundo

Neil Harbisson, un joven londinense nacido en 1982 es un pintor muy especial: padece acromatopsia, una condición hereditaria que desde nacimiento le obliga a ver el mundo en blanco y negro. Pero un aparato en su cabeza le permite “oír” los colores, y lo ha convertido en el primer cyborg del mundo reconocido por un gobierno.

Neil es un artista. Compone música, y pinta. En realidad, este hecho no es demasiado extraño, ya que seguramente miles de jóvenes hacen lo mismo en todo el mundo. Pero lo que hace tan particular a Neil Harbisson es que, a pesar de su condición que lo convierte en ciego a los colores, puede reconocerlos. Esto es posible gracias a un aparato electrónico que lleva en la cabeza y que se encarga de convertir los tonos de color en sonidos que el joven puede reconocer.

Aunque nació en Londres, Neil creció en Mataró (Barcelona, España). Estudió piano y bellas artes, y a los 16 años se inscribe en el Instituto Alexandre Satorras donde realiza sus trabajos exclusivamente el blanco, negro y gris. Poco tiempo después vuelve a Inglaterra, y en el Dartington College of Arts conoce a Adam Montandon, quien recientemente se había licenciado en cibernética de la Universidad de Plymouth.

Este encuentro terminaría cambiando la vida de Neil. Gracias a las habilidades de Adam y trabajando codo a codo crean un artefacto al que mas tarde bautizarían como “eyeborg”, un sistema cibernético que una vez instalado en la cabeza de Harbisson le “traduce” los tonos de color en sonidos.

De esta manera, a los 21 años, Harbisson se transformó en un hombre cibernético. De hecho, su condición hasta ha sido reconocida por el gobierno británico, quien le permite aparecer en la foto de su pasaporte con el eyeborg instalado. Para Neil este fue un paso muy importante, ya que siente el aparato que lleva en la cabeza como una parte más de su cuerpo. Reconoce que solo se quita su prótesis para dormir, y que luego de cuatro años de usarla la considera parte de su cuerpo y extensión de sus sentidos.

El eyeborg incluye un sensor que se ubica al lado del ojo de Neil y apunta en la dirección que el joven está mirando. Registra y transmite una imagen equivalente a la que ve el usuario a un ordenador portátil que Harbisson transporta en su espalda. Un software, especialmente desarrollado por Adam, se encarga de convertir los colores registrados por el sensor en una serie de frecuencias sonoras que se envían a un par de cascos auriculares. De esta manera, Neil puede distinguir una gama de colores bastante amplia.

Neil pronto podrá discriminar unos 350 colores distintos, aunque reconoce que algunos tonos en particular le dan problemas. Por ejemplo, le resulta bastante difícil separar el marrón del gris. Tanto ha influido esta interfaz en Neil, que sus sueños, antaño en blanco y negro, han incorporado los sonidos correspondientes a los colores.

El desarrollo del eyeborg, además de cambiar la vida de Neil, fue reconocido con el premio británico de innovación atorgado por Submerge en Bristol (Inglaterra, 2004) y con el premio europeo en Interface Design Europrix Multimedia Top Talent Award en 2004, donde fue seleccionado entre los trabajos de 400 participantes provenientes de 28 países distintos.

Escrito por Ariel Palazzesi

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