Hemos visto nuestra cuota de juguetes retro aquí en NeoTeo, algunos de ellos con el potencial de enviar a los más pequeños al hospital, y otros directamente prohibidos por el riesgo que representaban, pero en esta ocasión vamos a explorar algo más… seguro, con una buena dosis de electrónica y una pizca de ciencia ficción. En los años ’60, todo era «espacial» al otro lado del charco, y después del Incidente Roswell en el ’47, la idea de detectar extraterrestres no era tan descabellada. ¿La mejor parte? ¡Había un producto para eso! Por apenas 18 dólares y una batería AA, cualquiera podía tener en casa su propio detector de OVNIs…
Década del ’60, Guerra Fría, Crisis de los Misiles, Carrera Espacial, misiones a la Luna. En esencia, tratábamos de llegar a las estrellas mientras corríamos el riesgo de hacer volar medio planeta por los aires con puro fuego nuclear. Y entre todo eso… ¡aliens! El cine, la televisión y los cómics se llenaron de ellos, pero también encontraron un lugar entre los «juguetes». De hecho, su detección se convirtió en una especie de pasatiempo para algunas personas, ¿pero por dónde comenzaban? El UFO Detector era la respuesta.
El UFO Detector era en realidad un detector de campos magnéticos, con un sistema de alarma integrado, construido en acero y aluminio, activo durante las 24 horas del día, y con apenas una batería AA como fuente de energía. Además, venía completamente cableado y listo para usar por la módica suma de 17.95 dólares, o unos 130 dólares ajustados por inflación.
Lamentablemente no estamos seguros del tiempo que duró su vida comercial, pero fue en la publicación de septiembre-octubre de 1968 de la revista británica Flying Saucer Review que apareció su diagrama, cortesía de Colin McCarthy. Al parecer, el detector era inmune al tráfico de vehículos, a los aviones, los satélites en órbita, y los cambios naturales de presión y calor, pero un salto brusco en la temperatura podía destruir a sus transistores. Puedes tratar de reproducir ese circuito… o cortar por lo sano y adquirir una versión moderna, aunque mucho menos interesante…
Fuente: Vintage Everyday