Lisandro Pardo
Después del «2 por 1» de la semana pasada, era lógico pensar que encontraríamos un poco de sequía… pero todo lo que he visto hasta aquí cae directo en el territorio de los MMO, y para eso ya tenemos tanques como Fortnite o Apex Legends. Por lo tanto, tu juego gratis del fin de semana es un verdadero clásico, una obra maestra entre los platformers que escribió varias reglas en el desarrollo de videojuegos. Obviamente me refiero al Prince of Persia, y gracias al port open source SDLPoP, jugar en Windows es cuestión de hacer doble clic sobre su ejecutable.
La historia nos dice que en diciembre de 1984, un joven programador llamado Jordan Mechner lanzó a través de Broderbund y Ariolasoft el juego que hoy conocemos como Karateka. En aquel entonces, la mayoría de los juegos de acción no hacían más que imitar el «espíritu arcade» con vidas, puntos y niveles. En cambio, Karateka nos cuenta una historia: El maligno Akuma secuestró a la princesa Mariko. Nuestro héroe debe subir a la montaña, entrar en la fortaleza de Akuma, acabar con sus esbirros, recordarle a Akuma el error en sus acciones un puñetazo a la vez, y rescatar a la princesa.
Cinco años después, Mechner regresó parcialmente a este concepto en Prince of Persia, con algunos ajustes: La princesa japonesa pasó a ser la hija del sultán, el villano experto en artes marciales fue reemplazado por un visir maligno con dominio de la hechicería, y el castillo en la montaña dio lugar a las letales mazmorras del palacio. Sin embargo, la superioridad técnica y de jugabilidad en Prince of Persia es incuestionable. Su reputación permanece intacta, ¿y adivina qué? Puedes jugarlo gratis este fin de semana gracias a la magia de los ports.
Prince of Persia: La princesa *sí* está en el castillo
¿Por qué recomiendo volver a este clásico? Principalmente, por un comentario que he escuchado en más de una oportunidad: Muchos jugadores jamás llegaron al final. Son doce niveles de pura acción que te obligarán a explorar, evadir trampas, desafiar la gravedad, enfrentar a maestros espadachines, detectar pociones y venenos, y reconocer dos detalles esenciales. El primero es que a veces necesitarás ayuda, y el segundo es que la violencia no siempre ofrece una solución.
Afortunadamente, el port SDLPoP da en el blanco dos veces. Por un lado, garantiza la experiencia clásica de Prince of Persia, en la que deberás ser un verdadero maestro del Shift para controlar con precisión los pasos del héroe, ayudarlo a colgarse de los bordes, y lanzar ataques en el momento exacto. La flecha hacia arriba te permitirá golpear techos falsos (cuidado con esto), saltar (ya sea en plena carrera o desde una posición estática), y lo más importante: ¡Bloquear espadazos! Si no hay un control perfecto de los bloqueos, llegar al final será imposible.
Y por el otro, SDLPoP incluye varias opciones de «calidad de vida» que encajan a la perfección en sistemas modernos. Modo ventana y pantalla completa, aspecto 4:3, escala pixel perfect, soporte para gamepads, cheats, mods, corrección de bugs, quicksave y quickload, edición de niveles, y mucho más. También podrás modificar su configuración en el archivo .ini, y al tratarse de un juego portátil, ni siquiera necesita una instalación tradicional.
En resumen… vamos. Doce niveles, una hora. Esa mujer lleva años esperándote. Vuelve a las mazmorras, acaba con todos los guardias, y patea el trasero del visir de una vez. ¡Enlace más abajo!
Sitio oficial y descarga: Haz clic aquí
Cuanta nostalgia, si habré pasado horas jugando este juego hace 25 años atras, cuando tenia que ir a comprarlo en los discos 5/14, gracias por el post, lamentablemente jugarlo ahora no da esa felicidad que fue en aquel momento, era la niñez, pero es un hermoso recuerdo.
Así es amigo Jonathan, la nostalgia no dura mucho y las cosas cambian, a veces demasiado. Pero los ports presentan nuevas oportunidades, y eliminan muchas limitaciones técnicas que sufrimos en aquellos años. Yo jamás había terminado el Wolfenstein 3D, los Doom clásicos o el primer Quake, pero gracias a los ports llegué a sus finales. Son historias que merecen nuestro tiempo, a pesar de los años.