Laika no fue la única perra en participar del programa espacial soviético. Casi tres años después, Belka y Strelka se convirtieron (junto a otros animales) en las primeras dos perras que lograron regresar de la órbita terrestre a salvo. Ambas cosmonautas han sido «preservadas» en el Museo de la Cosmonáutica en Moscú, pero también han quedado otras cosas de su histórica misión, incluyendo algunos de los trajes espaciales que utilizaron.
La historia de Laika no es feliz. Presentada en su momento como una heroína, la perra murió a causa del estrés y el calor seis horas después de su lanzamiento el 3 de noviembre de 1957, un detalle que las autoridades rusas ocultaron por 45 años. Tres años más tarde, la misión de las perras cosmonautas soviéticas (sí, en misiones orbitales eran todas hembras) continuó con Korabl-Sputnik 2, y otra vez, dos animales perdieron la vida.
En el primer lanzamiento, Bars y Lisichka murieron al impactar contra el suelo luego de que el cohete explotara y los paracaídas de su cápsula se abrieran parcialmente. Esto afectaba de forma directa a todos los planes de enviar un humano al espacio. Si un perro no podía ir y regresar a salvo, las posibilidades para un cosmonauta entrenado eran bastante pobres. Sin embargo, la situación cambió con Belka y Strelka:
Belka y Strelka se elevaron con éxito el 19 de agosto de 1960, pero no iban solas en la cápsula. La información disponible indica que un conejo, 40 ratones, dos ratas, varias plantas y un grupo de hongos fueron pasajeros secundarios de la misión.
Todos regresaron a casa después de haber pasado casi 24 horas en el espacio, primer paso en el camino hacia Vostok 1 y Yuri Gagarin. Las imágenes de Belka y Strelka recorrieron el mundo, y quienes tengan la posibilidad de viajar a Moscú podrán conocerlas… siempre y cuando acepten la preservación de animales vía taxidermia. Como alternativa, pueden tratar de obtener uno de los trajes espaciales que las perras cosmonautas usaron en sus pruebas:
El traje que observan en las imágenes fue subastado en septiembre de 2014 por 17.332 euros, muy arriba de los 8.000 euros que se habían estimado. Lamentablemente, no hay ningún detalle que indique su uso por parte de Belka o Strelka, pero podemos decir con cierta seguridad que ambas perras recibieron trajes similares.
Estaban hechos con una combinación de algodón, caucho, aluminio y nylon, e incluían su correspondiente casco transparente con una manguera de oxígeno conectada. No eran particularmente cómodos, pero funcionaron.
