La idea de utilizar exoesqueletos o sistemas neumáticos para permitir al usuario sostener y trasladar más peso del que estaría dentro de sus capacidades físicas no es nada extraña para nosotros. A decir verdad ya hemos visto nuestra cuota de ejemplos, pero en esta oportunidad lo que ha aparecido en los medios es un desarrollo de la Universidad de la Ciencia de Tokio, durante la conferencia CEATEC que comenzó en el día de ayer. Un traje especial, músculos neumáticos artificiales y una buena dosis de aire comprimido permiten al usuario aumentar considerablemente el peso que puede sostener con sus brazos.
La semana pasada debí mover un viejo televisor, y casi me quedo en el intento. La vida sedentaria tiene sus efectos negativos, pero aquellos quienes hacen de su cuerpo una verdadera herramienta de trabajo también están expuestos a riesgos. Después de todo, nuestros músculos tienen un límite, y pueden ser acciones repetitivas, posturas inusuales o simplemente un exceso no esperado en el peso de un objeto las razones que provoquen una lesión. Son cada vez más las empresas que están explorando el uso de exoesqueletos para asistir al usuario en el levantamiento y el traslado de objetos que son demasiado pesados para una sola persona. Y obviamente, también están los músculos neumáticos. Uno de los desarrollos más impresionantes que usa músculos neumáticos es la Shadow Hand (de la que hablamos hace un tiempo), pero en este caso se aplican de forma ligeramente diferente.
Se trata de un traje especial con unos nueve kilogramos de peso, desarrollado por la Universidad de la Ciencia de Tokio. Los músculos neumáticos están instalados en la parte trasera, y una vez que reciben aire comprimido se contraen, entregando soporte adicional a la espalda. El diseño actual habilita al usuario a sostener una carga de unos cincuenta kilogramos, que durante la prueba estuvo basada en cinco bolsas grandes de arroz. Cada uno de los que probó el traje comenzó sosteniendo unos treinta kilogramos por su cuenta, para luego recibir veinte kilogramos extra con el traje activado.
Por supuesto, el hecho de que el efecto del peso extra sea compensado por los músculos neumáticos no significa que otras partes del cuerpo eviten absorber el peso general, como sucede con las piernas. El traje lleva unos tres años en desarrollo, y a simple vista no parece estar listo para avanzar a una fase de producción más general, pero no hay dudas de que el concepto funciona, y si puede ser pulido lo suficiente, tal vez logre convertirse en un producto de uso civil. Imagino que también habrá que evaluar otros aspectos, como el consumo de energía y la necesidad de baterías, que al mismo tiempo incrementarán el peso del traje, pero de todas maneras estaremos atentos a lo que pueda surgir de este desarrollo.