La radiación hace estragos y cuando se da un accidente nuclear, la preparación para limpiar el desastre y evitar más muerte y destrucción tiene toda una industria detrás. El traje seco de Yamamoto Corp. es un ejemplo, ya que utiliza diversas aleaciones para evitar que el residuo tóxico se pegue al rescatista o buzo. Completo y sin dejar nada desprotegido, el conjunto cuenta con ropa interior anti radiactiva.
El 11 de marzo de 2011 la historia de Japón otra vez tuvo que revivir los miedos históricos de las tragedias nucleares, cuando por los desperfectos ocasionados por el terremoto de Japón de ese año provocó una serie de incidentes dentro de la planta nuclear de Fukushima. Cuatro edificios del reactor nuclear principal se averiaron y los fallos en la refrigeración y la triple fusión del núcleo hicieron que se liberara radiación al exterior, convirtiéndose en una zona de alta peligrosidad. A casi 3 años del suceso, las tareas de mantenimiento a raya de la radiación y la limpieza de todo el parque nuclear siguen ocupando a miles de japoneses, que utilizando robots y equipos especiales, intentan devolverle la vida a la central nuclear. Para ellos se han inventado desde robots a trajes especiales anti radiación, y la Yamamoto Corporation se puso al frente con un traje con escudo anti radiación.
La empresa que lo fabricó insistió en que el traje ofrece mejor cobertura que los actuales, pero que además proporciona más agilidad y solvencia en profundidades. La primera capa de protección es ropa interior forrada de plomo que mantiene a los rayos gamma dañinos lejos de tu abdomen y la columna lumbar, lugares donde el daño podría ser irreparable. Sobre esa horrible ropa interior tendremos un traje seco con cobertura para rayos beta. En vez de ser de plomo y estar preparado para lidiar con el material radiactivo que se pegue a él, el traje está diseñado para que el material directamente no se pegue y los buzos no tengan que andar junto a la materia dañina. Para lograr este trabajo, el traje tiene costuras fusionadas, con protección extra para pies y manos, y se abre sólo desde la parte superior, a través de la máscara.
Ya en sus laboratorios produciendo el traje a escalas grandes, Yamamoto Corporation tiene pensado vender los trajes secos anti radiación a 1.000 dólares, ofreciendo las prendas interiores por unos 825 dólares adicionales. El costo no parece ser alto para estar hablando de un traje que lo pagará el Estado japonés, pero tampoco resulta un precio inasequible para las empresas que trabajan con radiación y quieren tener bien equipados a sus trabajadores. Incluso, teniendo en cuenta la locura que hay al respecto de la construcción de bunkers para sobrevivir al apocalípsis (vean este documental), estos trajes les van a calzar justito. Tal vez hasta sacan alguna versión con esas blancas cintas de sujeción que usaban en los hospitales psiquiátricos.
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