El mundo editorial está en los albores de un cambio radical, eso ya lo sabemos. Pronto los lectores de libros digitales serán masivos y, poco a poco, irán reemplazando al libro tradicional de la preferencia de muchas personas. Pero Internet y lo social de la red de redes también sirvió para la proliferación de una divertida moda comercial: los trailers de libros. Como en Hollywood, pero para fomentar la lectura. Nada mal, ¿eh?
Los libros no han cambiado demasiado desde que existen. ¡Y estamos hablando de miles de años! Pero, con la llegada de los ceros y de los unos, de los ordenadores conectados a Internet y gracias a la proliferación de lectores de libros digitales (cómodos y con tinta digital) en los próximos años se espera una verdadera revolución literaria, tanto en formas como en formatos.
Pero hay otra revolución, más pequeña tal vez, de la que pocos están hablando. El libro ya no tiene el estigma de ser aburrido, cosa solo de viejos o intelectuales. Harry Potter abrió el camino, y la industria editorial lo aprovechó. El hábito a la lectura es algo que hoy se fomenta a nivel comercial, muy distinto de lo que sucedía años atrás. Y aunque la mayoría de las editoriales tengan a nuestros jóvenes leyendo porquerías regurgitadas, lo importante es que crear al hábito. El buen gusto viene después, con el tiempo y la experiencia.
Y un paso en la dirección correcta para hacer de la lectura algo más moderno, algo más alucinante, más masivo y divertido, son los trailers de libros. Alucinantes adelantos audiovisuales de un medio que se ha mantenido estático por milenios, y hoy cobra vida gracias al vídeo e Internet. Algo que solo podía comenzar en Estados Unidos, pero que probablemente se convierta en una divertida norma en el futuro, al menos para las obras más comerciales.
Los trailers de libros existen desde 2002, pero no fue hasta 2005 (con la popularidad de los sitios de vídeos online) que se hicieron una herramienta conocida y válida para la promoción de obras literarias. Como siempre, han sido los autores independientes quienes han hecho vanguardia, y son los que más aprovechan de este nuevo formato para dar conocer sus obras.
Puede que los más puristas se espanten, escandalizados ante lo que para ellos puede ser una blasfema frivolidad. Pero los libros tienen mucha competencia hoy en día, y no hay nada de malo en que la industria editorial intente llegar a sus clientes por otros medios. Y si gracias a esos esfuerzos comerciales se fomenta un hábito que construye futuros, ¡tanto mejor!
Lo dicho, esto recién comienza, y los vídeos que acompañan el artículo son una clara muestra de la calidad que pueden alcanzar estos audiovisuales, inspirados en obras literarias. No sé qué te pasará a ti cuando los ves, pero a mi me llenan de ganas de sumergirme en esos mundos, y dejarme llevar por el autor, de la mano de su pluma. ¡Un vídeo que me dice que vaya a leer! ¿No es espectacular?
Y tú, ¿qué opinas?