Según estudios recientes, a los jóvenes japoneses ya no les emociona tanto hacerse de coches y sabiendo lo que esto significa, Toyota puso manos en el asunto y creó un concepto de coche que busca la atención de la familia. Con coches personalizables hasta en sus paneles y con un sistema de conducción operable por niños a través de asistencia de sus padres los Camatte son coches de juguete personalizables en la vida real, como para que todos recuperen ese saborcito rico que queda luego de un paseo familiar.
Al contrario de lo que uno podría pensar luego de ver la película The Fast and the Furious, Tokyo Drift, la población joven de Japón no está tan encantada con la idea de mantener un coche convencional. A las compañías japonesas esto no les sorprende debido a que la red de transporte público está tan aceitada, que viajar en ella es tan placentero como hacerlo en el coche propio, y gastando menos. Otra cuestión que toman en cuenta es la creciente conectividad virtual que existe entre las personas, lo que –asumen- mueve a no moverse mucho del hogar para realizar tareas que antes requerían de disponibilidad de un trasporte público. Razones válidas o no, la compañía de coches Toyota presentó un coche orientado para la familia, que intente revitalizar el furor nipón por el volante, empezando desde que son más niños poniéndolos al volante y con personalización extrema.
La presentación oficial de los Toyota Camatte (que deriva del japonés Kamatte, que significa “cuida a los demás”), introdujo su modelo de transporte a través del establecimiento de algunos puntos fundacionales de su filosofía haciendo hincapié en características como la personalización. Este aspecto es uno de los más celebrados en Toyota porque está basado en una de las cualidades más apreciadas de las personas por estos días, la capacidad de darle a un objeto o producto final las el aspecto y el funcionamiento desprendido de su personalidad. Así es que los coches son casi desmontables, con paneles de la carrocería que se retira y cambian a gusto, ofreciendo variedad de colores que puedes usar según la ocasión y que no son más difíciles de instalar que tomar la herramienta adecuada y destornillar (por lo que dejarlos estacionados no es una opción muy segura). El aspecto familiar ha sido resaltado en este apartado, dejándonos la idea de una familia entera haciéndole un tunning sano al coche.
Pero todavía hay más, ya que el diseño compacto ofrece una estructura de asientos triangular, donde podrán viajar hasta 3 personas que podrán cambiar de posición para manejar el vehículo, pues el Camatte puede ser conducido por un niño al volante, mientras que los padres lo asisten a través de la presión del acelerador y los frenos (estaría prohibido en lugares públicos). Esto, en un marco de protección, ayudaría a que los niños desde pequeños estén en contacto con los coches y puedan aprender más rápido a manejar. Algo que, según mi opinión, se traduce en más clientes posibles para Toyota y es donde vemos la verdadera moral del asunto. De todas maneras, con un tamaño de 2.7 metros de largo, 1.3 metros de ancho, 1.2 metros de alto y un peso que no ha trascendido, el Camatte Sora que describimos (o la otra versión personalizada, el Camatte Daichi) puede ser una opción a tener en cuenta para los que quieren un vehículo recreativo o buscan formas inusuales de pasar más tiempo con la familia.