Los fósiles disponibles muestran que en el paso la Tierra estuvo poblada de criaturas increíbles. En NeoTeo construimos este ranking para que conozcas las 10 más impresionantes.Seguramente quedan fuera de esta selección muchos verdaderos colosos, pero es que solo queríamos elegir 10. Hay algunos seres que verdaderamente parecen extraídos de una mala pesadilla. Estos son los nuestros… ¿Te animas a comentarnos cuales hubieses elegido tú?
Tyrannosaurus Rex
El tiranosaurio (del griego “reptil tirano”) es en realidad un género de dinosaurios que habitaba en Norteamérica occidental hace entre 68 y 65 millones de años. Sus restos fósiles son escasos, solo se han encontrado unos 30 especimenes y solo 3 cráneos. Sin embargo, este gigante es el dinosaurio carnívoro mejor conocido en la cultura popular. Fue un dinosaurio depredador de pesadilla, que media unos 13 metros de largo y hasta 6 metros de alto. Tenia una cabeza de 1.75 metros, dotado de una impresionante mandíbula que medía 1,4 m y estaba llena de afilados dientes curvos de 20 cm. El cuello corto, grueso y musculoso le permitía sacudir sus mortíferas fauces, haciendo morir más rápidamente a sus presas.
Este dinosaurio tuvo la mordida más poderosa de todos los tiempos, con una fuerza de presión de más de 4 toneladas (suficiente para triturar un automóvil). Hay fósiles de huesos de dinosaurios con marcas de mordidas gigantes que solo pueden haber sido causadas por un T. Rex.
Sus brazos cortos, de aproximadamente 1 metro, eran muy musculosos, además de inusuales. Su función no esta muy clara, pero se sabe que tenían dos dedos con uñas que eran mortales. Cada brazo del T. Rex era capaz de levantar unos 150 kilogramos. , lo equivalente a dos humanos adultos. En las patas disponía de 3 uñas, y tenía una cola larga, rígida y puntiaguda que usaba como contrapeso para su enorme cabeza, para apoyarse al efectuar giros rápidos.
Fue un terrible cazador que atacaba a grandes presas, como lo prueba el hallazgo de estiércol con huesos semidigeridos de un Edmontosaurus. El T. Rex fue sin duda uno de los dinosaurios carnívoros más grandes y poderosos de todos los tiempos.
Triceratops
El Tricerátopo (en latín “cara de tres cuernos”), a pesar de su fiero aspecto, fue un dinosaurio herbívoro. Medía alrededor de 9 metros de largo y pesaba poco menos de 8000 kg. Este verdadero “tanque de guerra blindado” tenia en su cráneo un cuerno, ubicado sobre las ventanas de la nariz. Además, tenia un par de cuernos de 1.5 m de largo, ubicados sobre los ojos. Se han propuesto varias teorías sobre el uso de estos cuernos, como que era una defensa contra los carnívoros como el T. Rex, o que se utilizaba como arma para confrontar a otro Triceratops en la lucha por las de hembras.
El Triceratops vivía en manadas, como por ejemplo los búfalos de la actualidad. Se alimentaba básicamente de plantas y arbustos. Sus dientes son uno de los fósiles más abundantes en el norte de EE.UU., por lo que se supone que fue el herbívoro más importante de su tiempo.
Stegosaurus
Stegosaurus que significa “reptil con tejado”. Este dinosaurio herbívoro habitó en América del Norte y Europa hace unos 150 millones de años. Tenía una longitud de 9 metros y pesaba hasta 2 toneladas. Su cuerpo se estrechaba y achicaba hacia delante, hasta terminar en una minúscula cabeza alargada. Su boca era una combinación de un débil pico y dientes pequeños. Poseía cuatro patas acabadas en pezuñas. Extrañamente, su cerebro era poco más grande que una nuez, por lo que se supone que no debían tener sentidos muy desarrollados.
Lo que hace más notable a este dinosaurio son sus cuatro púas de 60 centímetros en la cola y las placas que cumplían una función disuasoria, ya que el animal parecía más grande de lo que realmente era. Posiblemente también cumplían un papel termorregulador. Las púas de la fuerte cola habrían sido un sistema de defensa formidable, indispensable para tener alguna chance de supervivencia frente a los depredadores.
Smilodon
Más conocido como “Dientes de Sable”, fue un felino que vivió en todo el continente Américano, entre hace 2,5 millones a 10.000 años antes del presente. Su nombre es una descripción muy apropiada debida a sus enormes colmillos, que usaba para perforar el cuello de sus víctimas. Se alimentaba de caballos, ciervos, mamuts y mastodontes. Si la imagen de un tigre o una pantera te pone los pelos de punta, imagina lo que era este “gatito” de 200 kg con colmillos superiores de hasta 18 cm. (en el “Smilodon populator”). Eran tan largos, que corrían el riesgo de que se partieran durante la lucha con las grandes presas de que se alimentaban.
Este felino, de casi 1.7 metros de largo, vivía en manadas, y tenía cierta tolerancia por los individuos lisiados del grupo. La caza en grupo les permitió, al igual que hacen hoy los leones, abatir presas mucho mayores que ellos mismos. Desaparecieron hace unos diez mil años, debido a los cambios climáticos de la última glaciación.
Quetzalcoatlus
Este tremendo animal volador se ha bautizado como “Quetzalcoatlus northropi” por la deidad azteca Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Vivió a fines del Cretácico en Norte América, y fue uno de los animales voladores más grande de todos los tiempos.
Restos de esqueletos han sido recuperados en el sur de Texas y el norte de México. Son escasos y sólo conducen a estimaciones un tanto vagas de sus características. Se sabe, por ejemplo, que si “pico” no tenía dientes. Las estimaciones más consensuadas le asignan una envergadura alar de unos 12 metros, aunque algunos dicen que podría llegar hasta los 18 metros. Su peso estimado esta entre los 65 y los 100 kg.
Con su largo cuello y grandes mandíbulas desdentadas debe haberse alimentado de pescado o de carroña, algo que parece confirmarse por las características del terreno donde habitaba. Se supone que podía despegar por sus propios medios, pero una vez en el aire pasaba la mayor parte del tiempo planeando.
Brachiosaurus
El braquiosaurio, cuyo nombre significa Reptil-brazo, era un dinosaurio herbívoro con largo cuello y colas y un cerebro pequeño. Tenía una constitución similar a la de las actuales jirafas, con largas patas y un largo cuello, que le permitía alimentarse de las copas de los árboles. Su altura rondaba la de un edificio de 4 pisos: unos impresionantes 13 metros. El largo de su cuerpo llegaba a los 25 metros, y era un verdadero peso pesado: ¡90 toneladas!
Durante mucho tiempo se creyó que el braquiosaurio pasaba la mayor parte del tiempo sumergido en el agua para sostener su gran masa corporal. Sin embargo, estudios recientes revelan que era un animal terrestre: la presión del agua habría sido demasiado grande para que pudiera respirar estando sumergido, y sus patas eran tan angostas que se habría hundido en el lodo.
Rinoceronte lanudo
Fue una especie de rinoceronte de gran tamaño y espeso pelo lanoso que vivió en el frió de las estepas que cubrían el planeta en el Pleistoceno, hace unos 30.000 años. Su pariente entre los rinocerontes vivos es el pequeño y peludo rinoceronte de Sumatra.
Eran animales robustos, de gran tamaño. Alcanzaba los 2 metros de alto y largo, poco más grande que el rinoceronte blanco africano. Se han encontrado restos de un ejemplar hembra completo, con carne, pelo y cuernos incluidos, en la región de los Cárpatos polacos (hoy Ucrania). Esto permitió conocer el color de su pelaje en vida, que era pardo oscuro con una banda negra a lo largo del dorso. Los cuernos eran muy largos, alcanzando hasta un metro de longitud, y tenían un perfil aplanado. Al igual que el Smilodon, se extinguió durante la última era glacial.
Celacanto
Este pez de aletas lobuladas es realmente un “infiltrado” en nuestro top-ten. Se trata de un pez que se creía extinto desde el período Cretácico (hace unos 80 millones de años) hasta que en 1938 se capturo un ejemplar vivo en las costas de Sudáfrica. Su importancia radica en que son los seres vivos más cercanos de los vertebrados terrestres. Aparecieron hace 400 millones de años y la mayor cantidad de ejemplares de dio hace unos 250 millones de años.
En diciembre de 1938 se descubrió un ejemplar vivo de este pez, que fue capturado por pescadores a unos 60 metros de profundidad. Media 1.5 metros de longitud y pesaba unos 50 kg. Tras este descubrimiento, se han descubierto otras poblaciones y se han capturado numerosos ejemplares. El problema del estudio de estos peces es que al vivir normalmente a gran profundidad, al sacarlos de su medio revientan, haciendo difícil su estudio.
Barosaurus
El nombre de estos dinosaurios significa “lagarto pesado”, lo cual es muy acertado para un animal que llegaba a pesar hasta 44 toneladas. Vivió hace alrededor 150 millones de años. En muchos aspectos se parece al Brachiosaurus, pero presenta diferencias como espinas dorsales más altas, cola más corta y un cuello mucho más largo. Este cuello podía alcanzar los 14 metros de largo, y el animal completo llegaba a unos increíbles 27 metros de largo. Tres estos animales en fila equivalen a una cuadra de largo. Se supone que tenía un cráneo pequeño, aunque no se ha recuperado ninguno.
Debido a largo cuello, podría alcanzar tranquilamente el balcón de un departamento ubicado en un quinto piso de un edificio. Pero para que la sangre llegara a su cabeza, el corazón de este animal habría tenido que pesar cerca de 1600 kg. Debido a esta inconsistencia, se supone que tenía esfínteres arteriales que reducían la cantidad de sangre que retrocedía, y lo más probable es que sostuvieran sus cuellos más o menos horizontalmente.
Carcharodon megalodon
¿Te asustaste viendo la película Tiburón? Pues el animal de la peli era una mascotita a la par del megalodon. Este tiburón gigante vivió entre hace 20 y 1’6 millones de años, aunque se ha llegado a sugerir fechas de extinción más tardías e incluso que pudiera sobrevivir hoy en día.
Solo se han hallado esqueletos parciales, vértebras y numerosos dientes, que tienen un aspecto muy similar al de los tiburones actuales. El largo de estos dientes alcanza los casi 20 centímetros de largo (¡y tenia la boca llena de ellos!). Las estimaciones más conservadores sugieren que este tiburón media unos 15 metros de largo, y algunas reconstrucciones hacen pensar que existieron ejemplares de 30 metros de largo. Un tiburón del tamaño de una ballena.
Justamente, se cree que megalodones se alimentaban de ballenas y se extinguieron cuando los mares polares se volvieron demasiados fríos para los tiburones, lo que permitió a las ballenas permanecer a salvo en esas regiones.