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Top 10: Videojuegos de música

Según Wikipedia, la música es “el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos”. Algunos pueden entonar, seguir una cadencia y pulsar la tecla de un piano. Pero otros (me incluyo) nunca pudimos tocar ni el “Feliz cumpleaños”. Por eso, hoy en NeoTeo recorreremos una lista con los diez videojuegos que han utilizado este arte para construir verdaderos desafíos para nuestra coordinación sensorial-motora.

10) DrumMania (Bemani – 1999)

 Golpear a ritmo. Cuando escucho una canción, lo primero que hago es mover los brazos como si estuviera tocando la batería con dos baquetas en las manos. Si bien siempre creo que voy a tempo, DrumMania es de esos títulos que te hacen saber que nunca en tu vida podrías estar arriba de un escenario manteniendo el ritmo de una canción. Un set de parches de batería electrónica conforma el instrumento de percusión que debemos golpear siguiendo un scroll vertical que nos indica cuándo debemos darle al pedal del bombo, los toms, el hi-hat, el redoblante o el platillo. Lo bueno es que uno puede darle con energía, total los vecinos no se quejarán.

9) DJ Hero (FreeStyleGames – 2009)

La fiesta recién comienza. Gira los platos de discos de vinilo (o turntable) para entrar en el arte de componer música mediante la mezcla de efectos de sonido y piezas pre-grabadas. La revolución dance llegó llena de colores, luces y miles de personas bailando hasta que salga el sol. DJ Hero es un entrenamiento ideal para aquellos que quieran scratchear discos y ponerle algo de sabor a la noche. Funde las canciones, dale duro al plato giratorio y aprieta las teclas sin perder de vista las dos pistas principales y la pista de efectos. Y relájate que no hay penalización si te equivocas. ¿Te extraña tanta libertad? ¡Se ve que nunca has ido a una fiesta electrónica!

8) Dance Dance Revolution (Konami – 1998)

Moviendo los piecitos. Pionero de los videojuegos de ritmo, DDR (como le decimos los que sabemos menear las caderas) presentaba una plataforma de baile en la que el usuario debía presionar cuatro botones que contenían sensores de presión capaces de calcular el nivel de sincronía del bailarín de turno. Un patrón visual (siempre en scroll) indicaba la coreografía mientras que una serie de pistas pegadizas le daban dinamismo y emoción musical a cada partida. Las luces de neón, los parlantes y los paneles para dos jugadores (que a veces incluían más botones) brindaban un espectáculo visual pocas veces visto en un salón de recreativas. Y si no me crees, mira a estos dos muchachitos y después me cuentas.

7) Karaoke Revolution (Harmonix Music – 2003)

Palabras que se lleva el viento. Lo importante es entonar, no importa si sabes o no la letra de la canción. Esta es la filosofía de Karaoke Revolution, la franquicia multiplataforma ideada para aquellos que sueñan con cantar como Pavarotti (en su etapa más pop, claro). Mantente en el tono correspondiente, mientras el juego se adapta a la octava que más cómoda le quede a tu registro vocal. Deshazte del miedo escénico y dedícate a cantar covers de los temas más conocidos sintiéndote un extraño (con mucha voluntad) entonando melodías en un bar. Presta atención al tono en que deberías ladrar y no te dejes amedrentar por el público… ¡Igual deben estar todos ebrios!

6) Patapon (Pyramid – 2007)

La guerra del sonido. Todas las batallas se desarrollan a un ritmo determinado. La melodía de la lucha se administra entre momentos de ataque y momentos de defensa. Los golpes de tambor de un dios supremo guía a la tribu Patapon hacia los confines de la Tierra, mientras lucha contra el malvado pueblo de Zigoton. Combina secuencias de sonidos para entrar en sincronía musical, aumentar el ritmo de tu avance y así hacer más mortíferos a tus guerreros. No cometas ningún contratiempo pues confundirás a tus tropas y no te olvides nunca de ese canto a la guerra que dice “Pata-Pata-Pata-Pon…”.

5) Audiosurf (Dylan Fitterer – 2008)

Viaja a través de la música. Audiosurf es un videojuego de manejo en el que el usuario recorre una especie de montaña rusa conformada por una serie de pistas generadas a partir de la pieza musical que elijas recorrer. El ritmo de la canción dispone una serie de bloques de colores distribuidos a lo largo de tres carriles principales y dos auxiliares que deben ser recolectados por una nave que levita al ras del suelo. Además de brindarnos la posibilidad de disfrutar de buena música en cada partida, Audiosurf nos permite experimentar el verdadero vaivén estético y anímico que propone este bello y único arte. El placer del ritmo, la armonía y la melodía en su máximo esplendor.

4) SingStar (London Studio – 2004)

La estrella vocal. Micrófonos inalámbricos o con cables te acompañarán en este gran juego de karaoke donde debes imitar a los artistas musicales más famosos. Trata de afinar para ser catalogado como un verdadero “SingStar” (nadie querrá quedarse sin puntos y llevar el mote de “Sin oído” por la vida) y, si no sientes vergüenza, graba los videos de tus propias actuaciones y compártelas con tu público. Adaptado a cada territorio para ofrecer los hits locales, SingStar nos permite convertirnos en estrellas de la canción a base de las grabaciones y los videos oficiales de los número uno. Quien dice que quizás uno de tus videos sorprenda a algún productor y te conviertas en el nuevo Justin Bieber.

3) Pump it up (Amdamiro – 1999)

La plaga. Reconozco que he perdido el amor de muchas chicas por no poder coordinar mis piernas con los ritmos de este juego. A comienzos del nuevo milenio, la franquicia Pump it up se convirtió en una plaga arcade, con cientos de niños y niñas saltarines que, jadeando, se batían a duelos de baile. Mientras, los menos dotados, nos quedábamos boquiabiertos al ver como movían sus piernas presionando esos cinco botones dispuestos en los extremos de una pista de baile, frente a imágenes parpadeantes y tubos de neón no aptos para seres fotosensibles. Sincronía y ritmo en este videojuego especial para los amantes del estilo libre. No, a mi no me miren que ni para eso sirvo.

2) Guitar Hero (Harmonix – 2005)

Dedos como púas. Un gamepad con forma de guitarra es todo lo que necesitó esta franquicia para que cada usuario pudiera convertirse en la estrella de rock que siempre soñó ser. Respetando todas las técnicas empleadas en los instrumentos de cuerda, Guitar Hero abrió el camino a un nuevo género que revolucionó el mercado del entretenimiento digital con una experiencia novedosa y excitante. Afila tu diapasón que el público espera rugir con esos covers, versiones especiales o grabaciones oficiales tocadas por los artistas más geniales del rock mundial. Y si no estás a la altura de la galera de Slash, desenchufa la consola… ¡Así nadie se enterará lo mal guitarrista que eres!

1) Rock Band (Harmonix Music Systems – 2007)

El sueño cumplido. Rock Band expandió las posibilidades de su competencia permitiendo hasta siete jugadores en simultáneo tocar la guitarra, el bajo, la batería, el teclado y cantar (coros incluidos) muchas de las canciones que marcaron la historia del rock. Párrafo aparte para el juego The Beatles: Rock Band, en el que los cuatro de Liverpool entregaron su arte (luego de un acuerdo millonario) al mundo de los videojuegos con un título que, desde un principio, estaba condenado al éxito. Con 13 millones de copias vendidas en total, más de 2000 canciones disponibles como contenido descargable y 70 millones de pistas compradas, sin dudas, esta mina de oro se merece el primer lugar de la lista.

Bueno amigos, estos son los diez juegos que nos harán creer, al menos por un rato, que somos verdaderos músicos. Mientras carga la consola, yo voy a intentar arrancarle un par de notas a esa guitarra maltrecha que escondo en el ropero. Y si creen que desafino les tengo malas noticias: en verdad, soy un incomprendido estético. Ya verán en el futuro. ¡Adieu!

Escrito por martinbaraink

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