Un poco en chiste, un poco en serio, nos pusimos a pensar cuales serían los enemigos más peligrosos de la humanidad en el futuro -lejano y no tanto-. Y te contamos porque Google, los meteoritos, los extraterrestres, SGAE y la nanotecnología, entre otros, pueden atentar contra la continuidad de nuestra especie. ¡Sálvese quien pueda!La ficción especulativa es algo que se nos da fácil, tal vez porque en NeoTeo somos todos geeks de la ciencia ficción, de los videojuegos y la tecnología. Disfrutamos ante la perspectiva de una rebelión robótica, de una invasión extraterrestre o de un experimento que resulta mal y llena al mundo de asquerosos mutantes radioactivos. Claro, disfrutamos porque sabemos de lo remoto e improbable que resultan esos escenarios. De tener la certeza de que tales cosas podrían suceder, seríamos de los primeros en alzar la voz y hacer algo al respecto (hey, ¿quién no quiere ser un héroe?).
Anticipándonos a los males que azotarán al mundo en el futuro lejano (y, repetimos, no tanto), hemos hecho una lista de enemigos a tener bajo vigilancia. ¡Únete a la resistencia!
Extraterrestres
Bueno, nosotros no estamos tan seguros… pero muchos eruditos creen que esta es una verdadera posibilidad. En el artículo ¿Cómo prepararse para una invasión extraterrestre? Travis Taylor y Bob Boan toman muy en serio el asunto.
Taylor y Boan no son dos locos paranoicos viviendo en un sótano, con sombreros de papel de estaño y afiches del Área 51 en las paredes. Taylor se ha graduado en cursos avanzados de astronomía y física, y junto con Boan han trabajado como consultores para el departamento de defensa de los EE.UU. y la NASA. (…) Recientemente, en una entrevista , Taylor dijo que: “La probabilidad de que los aliens existan y sean lo suficientemente viejos como para tener una tecnología que les permita venir aquí realmente es muy grande.” Taylor reconoce que una invasión alien no es una preocupación muy común entre la gente, pero dice que es ingenuo asumir, tal como solía hacer Carl Sagan, que cualquier civilización que haya avanzado lo suficiente para viajar a otra estrella se habrá desarrollado más allá de la guerra.
La preocupación no es nueva. En 1969 Estados Unidos agregó a su Código de Regulaciones Federales la Ley de Exposición Extraterrestre. Esta Ley fue sumada ante la eventual contaminación extraterrestre biológica durante el programa Apolo.
Exposición Extraterrestre significa el estado en la condición de una persona, propiedad, animal u otra forma de vida o material que: 1) Haya tocado o haya pasado en la proximidad atmosférica de un cuerpo celestial. 2) Haya tocado o haya estado cerca de la proximidad de (o haya sido expuesto directamente por) una persona, propiedad, animal u otra forma de vida o materia que haya sido expuesto extreterrenalmente.
La ley fue cancelada en 1991. Los científicos consideran que una situación así es técnicamente posible, pero poco probable. ¿La verdad está allí afuera? Aparentemente no, porque SETI sigue sin encontrar nada (extraterrestre, al menos).
Robots
¿Tendríamos que tener miedo a una rebelión robótica? ¿Podrían nuestros futuros siervos mecánicos levantarse en nuestra contra? El escenario más realista y creíble no es ni remotamente parecido a lo que vimos en Terminator, pero sí podríamos tener algunos desencuentros con nuestros amigos artificiales. Los militares de Estados Unidos ya están postulando nuevas leyes de la robótica para que estos puedan servir como máquinas de matar en grandes conflictos bélicos. Cualquier país que entrara en guerra con una “potencia robótica” tendría que vérselas con sus máquinas de matar teledirigidas. No será lo mismo que en Terminator, pero no por eso menos aterrador.
Los más pesimistas aseguran que los avances en la inteligencia artificial podrían terminar dotando a los robots de cierto tipo de consciencia que les permitiría saltarse (o reinterpretar, como sucede en Yo, Robot) las leyes que protegen a sus creadores. Y ahí sí, ¡la hecatombe!
Asteroides
Las probabilidades de que un asteroide -lo suficientemente grande como para destruirnos- impacte contra la Tierra, son mínimas, casi inexistentes. Pero están allí, ¿acaso no ha sucedido antes? Las agencias espaciales han censado todos y cada uno de los asteroides conocidos que podrían colisionar con nuestro planeta y no hay nada de lo que preocuparse.
Bueno, “nada” no es del todo correcto. En 2004 se descubrió que existían posibilidades relativamente altas de que el asteroide 99942 Apophis se estrellara contra la Tierra y extinguiera todo a su paso. Luego, observaciones adicionales ayudaron a mejorar el cálculo y las probabilidades resultaron más prometedoras para todos nosotros: 1 en 45.000 de que se estrelle contra tu casa el 13 de abril de 2036 y 1 en 12,3 millones de que se caiga sobre tu auto en algún momento de 2037.
¿Podemos respirar tranquilos? ¡Seguro! Bueno, al menos en cuanto a la NASA le den el presupuesto necesario para detectar asteroides peligrosos…
Nanotecnología
Esta teoría, pergeñada por Eric Drexler, es una de nuestras favoritas. Eric es uno de los científicos más respetados dentro del campo de las nanotecnología y su libro Engines of Creation (Motores de la Creación) es un artículo de culto entre sus colegas. En este libro, Drexler escribe:
Luego de un accidente industrial, las máquinas del tamaño de una bacteria podrían extenderse como un polen volador, replicarse rápidamente y reducir la biosfera a polvo en cuestión de días.
Aunque no lo creas, Drexler es creador y defensor a muerte de la nanotecnología, por eso está consciente de los problemas que podría ocasionar. Bill Joy, cofundador de Sun Microsystems, va más allá. Él considera a las nano-máquinas como herramientas de precisión perfecta para los militares o, lo que es peor, un arma para terroristas.
La ciencia fuera de control
Ahhhhh, ¡el clásico escenario de la ciencia causando problemas! Ya hemos tocado algunos costados oscuros de los experimentos que pueden ir mal. Pero aquellos que pueden ocasionar el fin del mundo, son más terribles aún. Por ejemplo, un accidente con un acelerador de partículas. El temor de muchos es que cause una reacción en cadena de destruya al mundo. El tema se hizo público cuando se presentó el acelerador de partículas de Long Island, New York. En aquella ocasión, algunos se preguntaban, ¿este tipo de mecánica puede crear un agujero negro, un falso vacío o una materia más estable que la materia misma (ver Fears among the public)? Según los científicos y físicos responsables, todos estos escenarios son extremadamente improbables. Sin embargo, no se desmintió el hecho de que un accidente puede suceder y tener consecuencias trágicas.
Súper Potencias
Se nos ocurren mil y una razones de por qué las Súper Potencias serán de extrema peligrosidad en el futuro. Son las que más contaminan y las que se niegan a firmar el tratado de Kyoto, siendo las mayores responsables del calentamiento global. Son las más propensas a ir a la guerra y destruir el mundo con bombas atómicas.
Viven sedientas de recursos y tienen todo lo necesario para tomarlos por la fuerza, como bien sabemos gracias a la guerra en Irak. Son las más paranoicas, las más vigilantes, las que se podrían convertir en estados totalitarios a lo 1984.
Enfermedades
Como te contamos en el artículo ¿Nos espera un futuro lleno de epidemias?: “varias especies se encuentran en declive a causa de cambios en su hábitat como la urbanización, la deforestación y el calentamiento global. Esta pérdida de biodiversidad da lugar a una potencial consecuencia alarmante: la probabilidad de que los animales transmitan a humanos enfermedades como el SIDA, el virus del Nilo Occidental y Ebola más rápido que nunca.”
A esto hay que sumarle la superpoblación (si es que no se produce el Baby Bust), que aceleraría el proceso de contagio, logrando que las enfermedades más virulentas sean prácticamente imparables. Pero allí no terminan las cosas, la evolución podría crear una bacteria inmune a los antibióticos. La lógica detrás de esto es simple: las bacterias que mutan para sobrevivir a la acción de los antibióticos se reproducirán, creando una descendencia aún más fuerte. Así, con el tiempo, se supone que las bacterias terminarían por ser inmunes a la acción de estos medicamentos.
¿Qué demonios hace Google en esta lista? Bueno, yo al menos no me siento cómodo con una multinacional que guarda todas las páginas que visito, que lee mis correos y que, como cereza del postre, es la principal fuente de ingresos de la mayoría de los sitios (incluso de este que estás leyendo). Como si fuera poco, si Google no te quiere, quedas fuera por completo de la Web. Que Google no te indexe o te elimine de los resultados puede tener consecuencias catastróficas.
No me gustan los monopolios, por más benignos que digan ser. La compra de DoubleClick por 3100 millones de dólares deja en claro la necesidad que tienen de controlarlo todo, de no tener competencia. Esto genera malestar entre muchos internautas: no todos estamos de acuerdo con como Google está haciendo las cosas, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. Google generó en nosotros una gran dependencia, le cedimos tanto poder que ahora es un titán con vida propia. Por ahora no ha hecho nada malo, pero el poder corrompe y Google es puro poder.
Esto va más allá de cualquier teoría conspiratoria. Recientemente Google presentó una aplicación para patentar un sistema de publicidad para videojuegos en línea, que evalúa las acciones psicológicas de los jugadores. De esta manera, y de acuerdo a como juegues y lo que esto signifique a nivel psicológico, la gran G podrá presentarte publicidad más “útil”, de acuerdo a tu perfil.
Según informa ArsTechnica: “La información que puede ser útil, particularmente en RPG en línea, puede ser el diálogo específico entre los jugadores mientras chatean o interactúan con otros jugadores/personajes. Por ejemplo, el diálogo puede indicar si el jugador es agresivo, profano, educado, letrado, iletrado, influenciable por actuales culturas o subculturas, etc. También, las decisiones tomadas por los jugadores pueden proveer más información de si le gusta tomar riesgos, si es adverso a tomar riesgos, si es agresivo, pasivo, inteligente, si es un líder o un seguidor. Esta información puede ser usada y analizada para ayudar a seleccionar las publicidades más relevantes para los usuarios.”
No es para alarmarse, pero nadie evitaría que el día de mañana Google use el mismo tipo de publicidades en medios más masivos. Y esto sí es preocupante. No sé tú, pero a mi no me gusta que nadie se meta en mi cabeza para venderme cosas. Don’t Do evil? Hmmm…
SGAE, RIAA y similares
¿Te imaginas un mundo sin cultura? Bueno, no hace falta imaginarlo: antes de la invención de la imprenta sólo los aristócratas podían acceder al conocimiento. Como conclusión lógica, los ricos se enriquecían más y los pobres tenían cada vez menos. La cultura y el conocimiento son poder: quien más sabe, más poder ejerce sobre los demás.
Con la invención de Gutenberg, la cultura se democratizó y fue accesible para todos. Las letras impresas lograron la rápida diseminación del intelecto, lo que ayudó al desarrollo y evolución de las ciencias en los tiempos modernos.
La secularización de la cultura es un hecho que parecía haber quedado atrás. Pero, al parecer, nos estábamos equivocando. Uno podría debatir larga y concienzudamente sobre cómo se debe proteger la propiedad intelectual de terceros. Pero si hay algo en lo que todos estaremos de acuerdo es que no se hace como la SGAE lo está haciendo. Porque una cosa es tener que pagar para escuchar a Bisbal (ni gratis lo haría yo), pero otra muy diferente es cobrar derechos sobre canciones tradicionales (que pertenecen al pueblo, más que a una corporación gubernamental) o cobrar por la emisión de música en eventos benéficos.
El canon digital, por su parte, es un impuesto a la cultura, a la diseminación de la cultura, más que a la protección de los derechos de unos pocos. Las razones las sabemos todos, no las vamos a repetir. Pero, y lo peor de lo peor, es que ahora la SGAE pretende cobrar por canciones que no le pertenecen. Filmica.com, reporta:
La SGAE ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial. En el texto, la entidad sostiene: ‘Si existe un aparato reproductor de música o televisión en el establecimiento y se prueba que se utiliza estando abierto al público éste, se devengan derechos de autor’. Además, considera que ‘el repertorio de obras gestionadas por la SGAE es irrelevante’. Es decir, que tiene que cobrar independientemente de la música que se ponga.
Esto es atroz. Si algo no le sobra a nuestro mundo es cultura. De allí parte la hipótesis científica de la Dysgenics (no existe traducción al español que conozcamos). Es un tópico controvertido, pero aún así un supuesto que se discute ferviente en el ámbito de la biología. Y la pregunta que propone es: ¿Pueden las especies, específicamente los humanos, evolucionar negativamente?
La hipótesis se basa en estudios demográficos que indican que las mujeres educadas y más inteligentes se reproducen en menor porcentaje que las menos educadas y menos inteligentes. Esto, en años de evolución, puede significar una baja importante en el coeficiente intelectual de los humanos.
¿Será?